18 de mayo de 2016

CÁRABO COMÚN. (Strix aluco)

Hola gentes!!

Sé que no tengo esto últimamente muy actualizado pero las obligaciones laborales y familiares me mantienen alejado de la pantalla del ordenador, unido a que en primavera hay que aprovechar el escaso tiempo libre para salir y observar, hace que en definitiva no me dé mucho por actualizar esto de manera muy frecuente. 
Por ejemplo en estas últimas semanas, buena parte de este escaso tiempo libre la he dedicado casi por entero a la observación de las evoluciones de una familia de Cárabos (Strix aluco) en plena campiña asturiana. Pocas ocasiones se me van a presentar tan buenas como ésta...
Particularmente no es que sea un ave desconocida para mí, dado que en el pueblo de Llanes, desde hace años, tengo la fortuna de tener una pareja de Cárabos asentada casi delante de casa, sin embargo los hábitos nocturnos propios de la especie y la densa masa arbolada en la que se guarecen hacen que la observación sea muy difícil o casi imposible si ya hablamos de horas diurnas.
Pero en este caso concreto, ahora cuento con innumerables ventajas cómo por ejemplo: estar relativamente cerca de mi trabajo, observarlos de una manera muy cómoda, hasta completar algo más de 10 horas de observación, en un lugar relativamente tranquilo y con una densidad de arbolado bastante baja y con una sola especie: robles centenarios, bien separados entre sí y que han sido previamente desmochados, podados etc. Por lo que en definitiva se puede ver entre las ramas y las incipientes y verdes hojas.
En numerosas ocasiones he podido observar a estas rapaces directamente, sin hojas o ramas de por medio y a una altura relativamente moderada del suelo. Por último, la oportunidad de que otra gente pudiera también observarlos y así compartir la experiencia, anécdotas o cosas curiosas observadas. 
También he de ser sincero y reconocer que a veces costaba encontrarlos, dado que es un ave que durante el día procura no moverse y su plumaje le hacen confundirse con un tronco o una rama:
Y es que el Cárabo es seguramente en Asturias la rapaz nocturna más abundante que tenemos. Abajo mapa del Estado español en el que podemos observar como su distribución va de la mano de aquellas superficie o regiones con gran densidad de especies arbóreas: 
Una de las grandes ventajas que tiene es su perfecta adaptacion al medio ,por otro lado medio constantemente alterado por el hombre, y también una variabilidad en el alimento, quizás con una dieta no tan especializada como su compañera la Lechuza.
Ave eminentemente nocturna, sedentaria y forestal, muy raro es verlo activo de día fuera de la época de cría, raros son también los desplazamientos largos (quizás los jóvenes realicen trayectos de dispersión en la búsqueda de nuevos territorios no superiores a los 20kms.) y finalmente la densidad de aves disminuye proporcionalmente a la escasez de arbolado o la aridez del terreno.
Cómo digo el Cárabo parece adaptarse a una variedad de ambientes, aunque el preeminente sea evidentemente el bosque maduro, pero también podemos observarlo en campiñas (cómo en este caso), sotos ribereños o incluso parques urbanos. 
Siempre cuento la anécdota de estar en mi época estudiantil en una academia y por la ventana del patio de luces escuchar a un cárabo reclamando en mitad de Oviedo y sin un parque o arboles alrededor.
Poco exigente a la hora de comer, se adapta a lo que hay en el lugar y a la época del año en la que se encuentre, aunque el plato principal evidentemente son los micromamiferos (ratones, ratas, topillos, incluso lirones...) no duda en completar la dieta con todo tipo de insectos (ciervos voladores, mariposas nocturnas atraidas por la luz de una farola...), otras aves pequeñas, gusanos, babosas o toda clase de reptiles, anfibios etc. Cómo curiosidad, se ha documentado encontrado en sus egagrópilas restos de trucha o de Comadreja.
Hablando de egagrópilas las que yo he encontrado durante estos días ,sumadas a las recogidas por otra gente (Nacho, Iván...), dan como resultado una dieta eminentemente basada en roedores, pequeños insectos e incluso aparecieron restos de plumas en una de ellas. Hay que tener en cuenta que en esta época ya hay pollos de otras especies, confiados, temerarios e inexpertos, en definitiva alimento fácil para un depredador.
Una de los mejores métodos para detectar la presencia de una rapaz en un bosque es ver cóm se comportan el resto de aves que comparte espacio, dado que si el Cárabo es descubierto por ellas, el resto de aves se ponen a reclamar nerviosamente en señal de alarma, incluso observo estos días como las Urracas (hasta 4 diferentes) no dudan en acercarse hasta su posadero e incluso picarle las plumas, ante la impasibidad de éste por cierto, aunque cuando estira el cuello todas se echan a un lado. 
También es curioso como el relativamente pequeño Mirlo común (en comparación con el Búho) se atreve a "marcarle" de cerca.En definitiva si es descubierto por otras aves, éstas no pararan de piar en señal de alarma. Arrendajos, Urracas, Mirlos, Carboneros o Herrerillos...
Si no es exigente buscando territorio o comiendo, tampoco lo es buscando un sitio para reproducirse, dado que o suele utilizar un simple agujero en un tronco de un árbol viejo o puede utilizar un antiguo nido de otra ave de similar tamaño (Urracas, Ratoneros etc.). En el caso de que el arbolado viejo no abunde, puede en cambio utilizar oquedades, construcciones humanas o incluso llega a anidar en el propio suelo.
Las tareas de búsqueda de nido e incubación recaen por entero en la hembra, con un celo temprano entorno a los meses frios de invierno, y tras 28-30 días comienzan a nacer los pollos, generalmente son el resultado de 3-4 huevos depositados en el nido. 
Al par de semanas los pollos ya abandonan el nido pero no las inmediaciones del mismo, es bastante habitual que en estos primeros pasos algunos terminen en el suelo, incapaces aún evidentemente de volar para volver a posarse en las ramas de arriba, por lo que en estos casos permanecerán agazapados en el suelo esperando a que la madre baje por la noche a cebarlos, todo ello mediante lastimero chillido, muy característico y a veces imperceptible al vago oido humano.
Al mes de vida ya comienzan a volar torpemente de árbol en árbol, casi siempre los hermanos permanecen juntos, en estas fechas ya están casi emplumados en cuanto a las alas.
Sin embargo mantienen el plumón blanco de pollo en cara, disco facial y pecho, por lo que también es habitual verlos rascarse para intentar desprenderse del mismo y su aspecto en general dista mucho de la estética bella de los adultos: desgarbados, mal emplumados....
Al igual que el resto de aves rapaces, los comienzos son duros para todos, pero especialmente para estas aves. Una mala racha de mal tiempo unida a una escasez de alimento o el uso de raticidas o las líneas de alta tensión, atropellos etc. hacen que la mitad de estos jóvenes no superen su primer año de vida. Por ejemplo abajo uno de los juveniles del pueblo:
Sorprende al verlos de cerca la "pachorra" que tienen durante el día, adormilados y todos apiñados para mantener el calor con ese aspecto un tanto desaliñado, o quizás cómo estrategia de defensa:
Sin embargo cualquier movimiento raro especialmente por abajo del árbol o ante nuestra presencia, enseguida los tendrás activos, mirándote con cara de sorpresa con esos grandes ojos negros o girando el cuello de manera que nos parezca inverosímil. Por ejemplo: "a lo niña del exorcista":
Mucha gente piensa que estas aves tienen una visión superdesarrollada, sin embargo su retina realmente es más bien parecida a la retina humana, lo que nos diferencia es un excepcional oído, por cierto las orejas están situadas de manera asimétrica, por lo que cualquier mal paso o crujir de rama o bellota, hace que al volver a mirarlos tras el inoportuno chasquido, ya te estén clavándote la mirada.
Sin embargo cuando un Milano negro los sobrevuela por arriba de las copas de los árboles o un astuto Arrendajo da con su posición en el viejo árbol, los Cárabos pasan olímpicamente de ambos, confiando en su quietud y mimetismo camuflados entre las ramas y las hojas.
De los jóvenes pollos destaco la pedazo de enorme boca que tienen, preparada para engullir cualquier tipo de cosa con la que venga la madre a cebarlos ya que ingieren la presa entera sin miramientos.
También destacaría sus fuertes patas que ya tienen bien desarrolladas a tan tierna edad, y a pesar de que aún no están enseñados para el dificil arte de la caza. Y es que son animales bien dotados para cazar.
Siempre a cargo de ellos, posada cerca, se mantiene la hembra, mientras que el otro mienbro de la pareja suele posarse en un lugar también próximo, pero más alejado del grupo. 
Su labor será la de proporcionar alimento a los pollos llegada la noche, pero no lo hará directamente, sino que le entrega las presas recién capturadas a la hembra y ésta se las da a los jovenzuelos.El macho ,que es más pequeño y ágil, es un consumado cazador.
Viendo de cerca los tarsos fuertes emplumados y las garras afiladas que se gastan, no es extraño que ninguna presa se les resista en el momento que comienza su actividad a cada anochecer.
En este caso concreto, algo raro pasa con el otro Cárabo adulto, pues primeramente yo no tuve oportunidad de verlo ningún día, por más que lo busqué estos días por los alrededores, además algo comentaban los vecinos de que apareció un ejemplar atropellado (puede que el otro adulto de la pareja).
Finalmente la hembra adulta ciertamente manifiesta un comportamiento a veces raro o nervioso para lo que es la especie, dado que incluso tengo vídeos grabados en el que se pone a reclamar al anochecer pero aún con luz, cosa que jamás había visto (o más bien oído) en cualquier otro ejemplar o lugar.
También en dos días diferentes, y casi al oscurecer, se ha marcado un par de vuelos rasantes de punta a punta del bosque que me han alegrado la vida, pues nunca los habia visto volar así. Pena de luz y de no estar preparado con la cámara, pero algo se puede ver de esta singular acción:
Sea lo que fuere, a los bichos por otro lado no les debe de faltar alimento a cada noche, puesto que he encontrado restos de alimento, egagrópilas y multitud de deyecciones debajo de los árboles en los que se posan. 
Además viendo las fotos se puede ver incluso diferencia de tamaño en los pollos en tan sólo una semana de diferencia.
Finalmente ,dado lo singular de este acontecimiento, no he querido mostrar estas fotos  tomadas hace ya un par de semanas, hasta ahora ni dar mucho "el cante" por la zona, pero actualmente las aves vuelan casi perfectamente y cada día que pasa hay un porcentaje menos de riesgo para ellos. 
Para despedirme, unos vídeos para ilustrar todo lo visto, si los pones en la máxima resolución: mejor que mejor
Un saludo y gracias por las visitas y los comentarios.

6 comentarios:

  1. Precioso reportaje, una pasada las fotos Juan. Saludos desde Cantabria.

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    1. Gracias Germán, eres muy amable.
      Un saludo desde Asturias
      ;)

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  2. Estupenda entrada, da gusto ver las fotografías de esta especie con luz natural. Saludos

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    1. Gracias Miguel, leí tu mensaje en el móvil y cómo ves me puse manos a la obra...jejeje
      SIempre he querido fotgrafiar a las aves nocturnas, sin embargo y pese a tener oportunidades en este año, no creí conveniente utilizar linternas, flashes etc.
      Esta oportunidad pocas veces se me volverá a presentar, asi que he aprovechado
      Un saludo

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  3. ¡Qué delicia!... Verlos es bonito. Escucharlos..., en la oscuridad, emocionante. Pero además de los cárabos, me deleito observando las hojas de roble. Donde resido no abundan, y acotumbrado a las coníferas, estas serenas fotos son especialmente atractivas para mí. Gracias, pues.

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  4. Buen reportaje y documento, yo pude disfrutar de un ejemplar que entraba a mi pueblo y que se hizo demasiado confiado con la gente, creo que acabó mal porque no pude volver a verlo y hablaban que alguien le había pegado un tiro, este cárabo colaboró en algunas escenas que pudimos grabar para un documental. Un saludo

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