Últimamente estamos hablando de aves que ya sea por el hábitat que ocupan o por su carácter tímido las hacen aparentemente complicadas de observar. Sin embargo hoy voy a tocar un ave que, aunque precisamente no es que sea tímida ni tampoco viva oculta en un matorral, en Asturias habitualmente no es un pájaro fácil de observar. Así que hoy toca "falar" de uno de los fríngilidos más escasos y más difíciles de observar por aquí: el Verderón serrano (Carduelis citrinella)!!!
Cómo bien su "apellido" nos indica el serrano es nuestro Verderón (más pequeño) evolucionado y adaptado a un hábitat concreto, el de nuestras sierras y montañas.Especie endémica de la occidental Europa, sin ser un ave escasa, tampoco es numerosa y actualmente la podemos encontrar diseminada en varios puntos de la Península Ibérica, cómo por ejemplo la Cordillera cantábrica, los Pirineos, Sistemas Central o el Ibérico.
También de forma puntual en Sierra Morena o en la Sierra de Cazorla/Segura etc., y por último se conoce una pequeña y aislada población en Sierra Nevada, que responde o bien a una reciente colonización de la especie, dado que la tendencia del ave es tirar para el Sur y su población asentada y reproductora más cercana se encuentra solamente a 100 kms. o todo lo contrario, estos ejemplares "granaínos" serían los últimos de una población relicta. Sea cómo sea, estos Verderones sureños suponen el límite meridional de su distribución mundial.
Esta simpática y bonita ave vive en las zonas montañosas o sierras, entorno a los 600-700 mt. hasta los 1.700 metros, aunque en invierno tiende a bajar de altura. Tampoco la podríamos considerar una especie eminentemente alpina, dado que es raro encontrarlo por encima de esta altitud. En invierno hay observaciones de la especie incluso en lugares a priori no muy propicios (Sevilla, Ceuta...), por lo que parece dispersarse a lugares más benignos en cuanto a o climatológico, sin que haya un estudio concreto o un conocimiento muy claro sobre estos movimientos. Las mayores densidades se encuentran en un hábitat compuesto por pino silvestre o pino negro.
Si queremos observar al Verderón serrano en Asturias tenemos dos opciones pero en ambas deberemos de desplazarnos de nuestras zonas habituales de campeo e irnos hasta el Occidente y sus sierras montañosas, o también podemos irnos al Oriente y aparecer por los Picos de Europa, en dónde parecer habitar aquí en los claros y bordes de los bosques y bosquetes de haya y abedul abiertos y con algunos arbustos. En cambio si nos vamos al Occidente deberemos de buscarlo por las plantaciones maduras de pinos y sus bordes. Cómo veis aquí en Asturias no tiene un hábitat fijo, las pocas parejas del Oriente parecen más asentadas y conyínuas, en cambio en el Occidente parecen limitarse más a un buen año de alimento y son más erráticas.
Vivir en el centro de Asturias supone una ventaja a la hora de moverte por nuestro país, pero cuando te toca ir al Oriente o al Occidente la cosa se complica (especialmente en el occidente), dado que toca moverse por maltrechas carreteras locales, lo cual supone más kilómetros y más horas invertidas en desplazamientos. He de reconocer que para poder ver a los Verderones serranos en Asturias he empleado más días, más horas y más kilómetros que por ejemplo para ver un oso. Suena chocante decirlo así pero así ha sido en realidad, ciertamente el "bicho" no me lo ha puesto nada fácil...
En mi caso y pese a que el Oriente y los Picos de Europa me resultan más familiares, decidí irme a la otra punta, dado que en el Occidente contaba con información "más fresca" de la presencia del ave (gracias a Carlos Murias) y porque además con la disculpa de intentar observarlo pude conocer sitios a los que tenía ganas de visitar por primera vez y poder observar allí a otras aves que habitualmente no encuentras por aquí o por el Oriente.
Por lo que en resumidas cuentas, al igual que con el Piquituerto, este invierno me tocaba volver una vez más a las sierras, a los parques eólicos y al pinar, dado que el piñón parece un plato fundamental en la dieta de este ave forestal en aquella época. Si el ave por su plumaje verdoso y gris ceniza y por sus costumbres de bajar al suelo a comer hierbas y semillas en la inmensidad de las laderas de las sierras complicaba más su localización, tampoco ayudaba mucho cuando le daba por posarse entre las agujas de los densos pinos.
En estas condiciones de abarcar mucho terreno y denso arbolado en el que observar a esta pequeña ave, la baja densidad prppia de la especie o su erratismo, o también moverte por un terreno desconocido etc. no hicieron nada fácil encontrarlos, incluso en los lugares en los que había citas previas recientes y fueron varios los días en los que regresé a casa de vacío.Viendo esto podríamos pensar que nos encontramos ante un ave esquiva y desconfiada, sin embargo las dos ocasiones en las que he tenido oportunidad de observarla, diría que hasta es incluso excesivamente confiada.
Podríamos pensar que una vez terminada la época de reproducción, cómo buen fringílido, tiende a asociarse en pequeños bandos ya sea bien de su misma especie o mezclado con "parientes" de la misma familia (Pinzones, Lúganos...), por lo que podríamos tener más posibilidades de verlos, además en el invierno se añaden los ejemplares que vienen a invernar (seguramente individuos procedentes de centroeuropa) por lo que en teoría el número de efectivos es superior, pero sin embargo en este periodo parece que deciden divagar por los diferentes pinares erráticamente en la búsqueda del alimento necesario para sobrevivir, moviéndose continuamente y cambiando de sitio una vez agotado el alimento.
Por otro lado llegada la primavera la cosa puede que se complique más, dado que los invernantes se van, los bandos se deshacen y pronto se forman las parejas, iniciando la temporada de cría, con lo cuál pienso será aún más jodidillo observarlos en la inmensidad y opacidad del viejo pinar. Estudiando las citas de la especie en Asturias saco en conclusión que puede que cuando más se observa al serrano (y en mayor número) suele ser al final del verano, cuando las parejas han terminado de criar y ellas y los juveniles resultantes se juntan de nuevo en bandos. También puede influir que en esta época la climatología es más benigna y puede favorecer la observación y a los observadores. Los verderones parece ser que solamente efectuar una sola puesta al año, si bien en un buen año de abundancia de alimento hacen una primera intentona nada más acabar el invierno.
Escucharlo cantar es oír a un jilguero, un canario y un Verdecillo trinar al unísono, son de esos sonidos que te resultan familiares pero que hay algo en sus notas que no te concuerda, sino que es algo nuevo o diferente a lo oído atrás. El Verderón serrano es un ave que, siguiendo la estela de la familia, suele ser muy cantarina, tanto en vuelo cómo posado. Esto nos ayuda un montón a poder localizarlo cuando está metido dentro del pinar o posado en la inmensidad de la pradera, pues si permanece quieto, será bastante complicado detectarlo a simple vista.
La primera vez que pude ver al Verderón hacía un "día de perros" en la sierra, arriba los eólicos funcionaban a todo gas y para colmo comenzó a llover fuerte de lado. El agua a veces se puede soportar una vez metido en estas historias (aunque no es desde luego lo más indicado para nuestros equipos o nuestros huesos) sin embargo toda persona que ame a las aves, ante todo debe de odiar al viento. Lo peor no fue ver las copas de los pinos dobladas o que el coche se moviera por las rachas de aire, sino que nada más llegar pude escuchar cruelmente a los Verderones serranos cantar en los primeros pinos del borde de la carretera. Así estuve escuchándolos buena parte de la mañana, con la impotencia de poder oírlos al lado pero sin poder verlos (solamente cuando fugazmente cambiaban de árbol) y menos aún poder fotografiarlos ante la maraña de agujas en movimiento y el agua que entraba por la ventanilla. Demasiado incluso para el eficaz enfoque de Nikon.
Así que metido dentro del coche aparcado en la cuneta, a las 12 de la mañana ya había comido y merendado y hasta me dió hasta por organizar los papeles guardados en la guantera...Todo ello para no perder el ánimo tras el madrugón y la correspondiente hora y media por carretera hasta llegar allí, tampoco era cuestión de coger y dar la vuelta para casa. Por suerte se abrió un claro y yo y al parecer las aves vimos la oportunidad del día en ese momento. Fue dejar de llover y cesar el viento cuando inmediatamente después una pareja de Verderones salió de la espesura del pinar para bajar al suelo y poder alimentarse en la cuneta, con la fortuna de que se posaron solamente a unos metros del coche, por lo que solamente tuve que quitar el freno de mano y acercarme a ellos lentamente y sin ruido.
Manda narices que las primeras fotos que he logrado de esta especie hayan sido de esta manera, tras las palizas que me he dado por los pinares y sus pistas estos meses, pero también reconozco que más cómodo y fácil imposible.
Estupendas fotografías y entrada, como siempre. Un bicho que está en la lista de mis fotografías pendientes. Saludos
ResponderEliminarGracias Miguel!!
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Completa entrada. Mas km que para ver un Oso, quien lo diria....
ResponderEliminarHice una entrada en mi blog sobre el primer avistamiento de serrano en Pamplona, si quieres verlo.
saludos camperos!