Hola de nuevo amigos/as
Regreso de una etapa de mudanzas, nuevo hogar y finalmente unas merecidas vacaciones y con ello: llega la literal "desconexión" a la que gustosamente me someto tradicionalmente durante unas semanas. Espero que me disculpéis, pues no he tenido el suficiente tiempo ni los medios apropiados para mantener el blog todo lo actualizado que me gustaría. Tras esto vamos al lío: en Asturias tenemos la suerte de contar en nuestros bosques con casi todos los representantes de la familia de los pícidos:
- Contamos con el bello y verde Pito real (Picus viridis) el “rey pícido” de las
campiñas y de los parques urbanos más tranquilos; ave grande y de bellos
colores que jamás me canso de observar y que en alguna ocasión he tenido incluso entre mis manos:
Visto de cerca sorprende la gama de tonos amarillos y verdes de su plumaje, las grandes uñas que tiene para sujetarse firmemente y las plumas duras de las rectrices de la cola, apoyo fundamental para poder sujetarse verticalmente al tronco.
- También con el “deseado” Picamaderos negro (Dryocopus martius) habitante de los mejores y últimos hayedos montanos. Ave que poco a poco a mi me parece
que va recuperando terreno antaño perdido, e incluso a veces lo encontramos en hábitats que se presuponen no muy
apropiados teóricamente para esta especie.
Pese a esto no quiere decir que sea fácil de observar dado que aún su número es escaso, su caracter tímido y silencioso tampoco ayudan mucho y se mueve por amplios territorios, a veces
no muy accesibles.Fuera de la época de cría (o en invierno) puede cambiar de hábitat y bajar a valles, zonas de riberas de ríos etc.
Del tamaño de una corneja, impresiona
ver de cerca su tamaño, su pico o las pedazo de patas que gasta:
- Tenemos el por todos conocido Pico Picapinos (Dendrocopos major) el más común y "todoterreno", incluso lo he visto en mitad de un yermo eucaliptal; mis cajas-nido lo suelen padecer de vez en cuando, pues es especialista en depredar nidadas de páridos.- O con el escasísimo y bonito Pico Mediano (Dendrocopos medius) el cuál seguramente a corto/medio plazo esté a punto de extinguirse en Asturias, dicho así suena fuerte pero la realidad es tal cuál la cuento...
Es junto con el Pico dorsiblanco uno de
los “especializados” de la familia,
es decir: necesitan un hábitat muy característico y determinado, si por los motivos que sea no lo
encuentra literalmente: desaparece y
desde luego no vuelve a corto plazo…
Por desgracia en Asturias no hemos sabido darle ese entorno dado que los intereses
ganaderos (animales casi todo el año en régimen de semilibertad, pisando,
rascando y comiendo los brotes de los bosques), cinegéticos (venados o batidas
de caza, medias vedas...) y especialmente madereros (talas agresivas sin control/planificación, apertura de pistas,
plantaciones de pino y sobretodo eucaliptos…) han ido acabando rápidamente con los espacios óptimos.
Sumado y combinado a otros
factores (incendios, sobreexplotación de los recursos etc.) literalmente se han
destrozado, fraccionado e incluso desaparecido los mejores ejemplares de árboles en nuestros hayedos y robledales asturianos, por lo que el ave ha quedado reducida a la mínima expresión o a lugares inaccesibles. Además de estos problemas hay un problema grave especialmente para la vida de un pícido: la ausencia de madera muerta en pie o en
los suelos del bosque. Problema serio porque evidentemente esto no se
recupera en un par de años plantando robles centenarios, repoblando con hayas maduras o dejando tocones podridos por los suelos de los bosques.
Tienen que pasar muchas décadas para que el árbol envejezca y se pudra, para que el rayo caiga sobre él o quizás una gran nevada o temporal rompa y tronche sus ramas, dejar pasar el tiempo y pudrirse y que seguidamente todo un ejército de insectos y larvas lo colonicen, sirviendo de alimento a su vez al gran pícido.
Tienen que pasar muchas décadas para que el árbol envejezca y se pudra, para que el rayo caiga sobre él o quizás una gran nevada o temporal rompa y tronche sus ramas, dejar pasar el tiempo y pudrirse y que seguidamente todo un ejército de insectos y larvas lo colonicen, sirviendo de alimento a su vez al gran pícido.
- También quedaría hablar del diminuto Pico Menor (Dendrocopos minor) para mí el verdadero "fantasma" de la
familia, pícido tímido y que pasa desapercibido en los lugares que habita. En estos años solamente he podido verlo fugazmente en una sola ocasión hace un par de años en uno de sus lugares clásicos en la zona central de Asturias, pero sin posibilidad de fotografía por lo que no puedo ilustraros (por el
momento) a esta simpática especie por mucho que he intentado buscarla.
- Por último quedaría hablar del Torcecuello (Jynx torquilla) enigmática ave que por su
espectacular plumaje y sus extrañas costumbres
no deja indiferente a nadie.
Aparentemente es el menos carpintero de los pícidos, el más atípico dado que por ejemplo no taladra árboles con su pico, su plumaje críptico lo diferencia del resto de la familia (generalmente con partes del plumaje llamativas) o cuando el Torcecuello se sube a los árboles se posa como el resto de aves
Aparentemente es el menos carpintero de los pícidos, el más atípico dado que por ejemplo no taladra árboles con su pico, su plumaje críptico lo diferencia del resto de la familia (generalmente con partes del plumaje llamativas) o cuando el Torcecuello se sube a los árboles se posa como el resto de aves
Además de todo esto que ciertamente lo alejan un poco de las costumbres pícidas, es el único migrante de la familia, por lo que no reside aquí todo el año sino que nos visita ya sea para criar en primavera o por el contrario aparece durante los pasos migratorios.
Europa cuenta actualmente con once pájaros
carpintero, en el país español hay siete de ellos y en Asturias contamos de momento con los seís que acabo de citar. Por lo que si
queremos ver el que nos falta no queda otra que salir de la Patria e irse a España para terminar casi en Francia, hablamos del Pico dorsiblanco (Dendrocopos leucotos) que además se
trata del más amenazado, escaso y localizado de los pícidos españoles con un
último reducto en el que habita: el Pirineo navarro. Así que os presento al Pico dorsiblanco:
Ye broma, pero ya os anticipo que verlo vivo: lo vi.
En el año 1.965 Vaurie estableció dos subespecies diferentes para el P. dorsiblanco, por un lado el Dendrocopos leucotos leucotos que habita en el oeste europeo continental, siendo éste dorsiblanco el que realmente tiene eso: el obispillo blanco. Y por otro lado el Dendrocopos leucotos lilfordi, que es el propio de la Península Ibérica. Uno de los primeros estudiosos de los "lilfordi" pirenaicos fue Purroy, quién allá por los años 70 se dedicó a patear los grandes hayedos pirenaicos buscando dorsiblancos y estudiándolos detenidamente; en resumen de sus andanzas el hombre no parecía muy optimista pues hacía una estimación de solamente unas 15 parejas.
Hay que tener en cuenta de que en aquellos tiempos no había los medios con los que contamos actualmente ni tampoco se prospectaron todos los lugares, sino solamente los sitios que ya de mano se sabía que habitaba la especie, por lo que en definitiva quedaría mucho terreno sin prospectar. En 1.994 (cómo quién dice hace cuatro días…) se comienzan a realizar censos específicos de la especie y finalmente en el año 2.002 se hace una estimación total de unas 78-95 parejas en la Península Ibérica.
En el año 1.965 Vaurie estableció dos subespecies diferentes para el P. dorsiblanco, por un lado el Dendrocopos leucotos leucotos que habita en el oeste europeo continental, siendo éste dorsiblanco el que realmente tiene eso: el obispillo blanco. Y por otro lado el Dendrocopos leucotos lilfordi, que es el propio de la Península Ibérica. Uno de los primeros estudiosos de los "lilfordi" pirenaicos fue Purroy, quién allá por los años 70 se dedicó a patear los grandes hayedos pirenaicos buscando dorsiblancos y estudiándolos detenidamente; en resumen de sus andanzas el hombre no parecía muy optimista pues hacía una estimación de solamente unas 15 parejas.
Hay que tener en cuenta de que en aquellos tiempos no había los medios con los que contamos actualmente ni tampoco se prospectaron todos los lugares, sino solamente los sitios que ya de mano se sabía que habitaba la especie, por lo que en definitiva quedaría mucho terreno sin prospectar. En 1.994 (cómo quién dice hace cuatro días…) se comienzan a realizar censos específicos de la especie y finalmente en el año 2.002 se hace una estimación total de unas 78-95 parejas en la Península Ibérica.
El dorsiblanco se distribuye por la vertiente meridional del Pirineo occidental ocupando
los mejores hayedos entre los Valles
de Ansó (Huesca) y Bertizarana (Navarra). Por lo tanto se le asignan
aproximadamente unos cinco núcleos importantes, destacando la
Selva de Irati, Quinto Real o incluso una población aislada en el Señorío de Bértiz.
Cómo se puede ver en el mapa en apenas 1.300 kilómetros cuadrados se distribuye toda la población ibérica de este ave, actuando cómo “efecto refugio” para el bicho.
Mapa de la SEO:
Cómo se puede ver en el mapa en apenas 1.300 kilómetros cuadrados se distribuye toda la población ibérica de este ave, actuando cómo “efecto refugio” para el bicho.
Mapa de la SEO:
Pese al escaso número de parejas la tendencia es que la población parece
estar estabilizada en cuánto a
efectivos, además parece ampliar
su territorio hacia el oeste, todo
lo contrario que lo que sucede al otro lado ,en la parte de Huesca, en dónde se
reduce la presencia del ave a una sola pareja, o mejor dicho ya quizás ninguna (en el
anterior censo eran 3 las parejas y se pasó a una sola en el siguiente censo). La altitud
en la que se mueve el “pajarraco”
varía desde los 400 metros (Bértiz) hasta los 1.700 mt. (Larra) aunque lo
habitual es que los territorios estén situados entre los 800 y los 1.200 metros
de altitud.
Abajo foto resumen de un poco de estudio sobre el ave antes de salir de casa, para saber por dónde pisamos y conocer a la especie:
En los Pirineos el pico dorsiblanco habita bosques puros de hayas o bosques mixto de hayedo-abetal (hasta un 84% de presencia de la especie en algunas localidades) pero siendo el haya siempre el árbol dominante. También aparecen otras especies como el Pino Negro o el Pino Albar. En definitiva el biotopo más utilizado es el del hayedo puro (54%) seguido de hayas mezcladas con abetos (43%) y el 3% restante con presencia de robles.
Abajo foto resumen de un poco de estudio sobre el ave antes de salir de casa, para saber por dónde pisamos y conocer a la especie:
En los Pirineos el pico dorsiblanco habita bosques puros de hayas o bosques mixto de hayedo-abetal (hasta un 84% de presencia de la especie en algunas localidades) pero siendo el haya siempre el árbol dominante. También aparecen otras especies como el Pino Negro o el Pino Albar. En definitiva el biotopo más utilizado es el del hayedo puro (54%) seguido de hayas mezcladas con abetos (43%) y el 3% restante con presencia de robles.
Dentro del hayedo tienen preferencia por
las laderas pendientes, pero al igual que sucede con otros pícidos, en realidad
se debe más bien a que las mejores masas boscosas conservadas hoy en día son precisamente las que se han
conservado gracias a estar incomunicadas, en laderas agrestes y empinadas, dado
que al pájaro parece que le es indiferente si el hayedo está en llano o en
pendiente. Lo que sí parece importarle es que exista
una buena densidad de hayas de buen porte además de otras especies cómo por ejemplo los abetos
e incluso avellanos, pues como
descubrió el propio Purroy por ejemplo las avellanas constituyen una fuente de
alimento complementario.
La clave parece consistir en que la gestión forestal del hayedo haya sido la adecuada, que no haya sido
sobreexplotado y que contenga un factor determinante y que lo diferencia de los
demás: la abundancia de madera muerta tanto en el suelo cómo en árboles en pie podridos. El 90% de la población de la especie
habita dentro de un espacio actualmente con alguna figura de protección y solamente una mínima parte (un 10%) de la población lo encontremos en
zonas libres de protección.
Se estima que cada pareja de dorsiblancos necesita al
menos 9-10 Ha. de bosque óptimo para poder reproducirse, eso nos da la medida de lo
complicado que debe de resultarle al pajarraco encontrar un hábitat apropiado incluso dentro
de un basto hayedo bien conservado y de por qué es considerado un ave bioindicadora del
estado de nuestros bosques.
El dorsiblanco por lo tanto necesita un entorno muy especifico, tan especifico
que incluso en bosques cercanos a los que habita ,y que aparentemente reúnen
unas condiciones apropiadas, sin embargo o no está el bicho allí o ya ha
desaparecido sin conocer una causa aparente. Tal es así que por ejemplo en hayedos que
hace más de 50 años que no han vuelto a ser explotados desde entonces aún no son aptos para
volver a albergar a la especie. Cómo veis aquí los errores del pasado (y los que estamos
cometiendo hoy en día) se pagan caros y además: a largo plazo.
Puede decirse que cuando se marcha de un bosque es para no regresar nunca más. Durante siglos los bosques fueron uno de los recursos más utilizados por los pueblos,
los señorios o incluso el propio Estado; todos ellos obtenían de ellos una gran
variedad de recursos que iban desde la madera, caza, alimento, leña, refugio,
carbón vegetal etc. Ellos mismos eran los encargados del cuidado y la protección
con severas leyes que hacían que su aprovechamiento se transmitiera de
generación en generación y de hecho muchos de los pleitos y pequeños conflictos
en la Edad Media eran a consecuencia de la privatización o privación del uso de
los mismos.
Puede decirse que cuando se marcha de un bosque es para no regresar nunca más.
Senosiain confirma lo
que propone Purroy y es que las parejas de P. Dorsiblanco generalmente se
desplazan juntas por su amplio territorio, sin embargo se alimentan de manera diferente, los machos escogen la madera podrida y por tanto andan por los tocones o
la madera podrida caída al suelo, las hembras
por el contrario suelen ser más discretas
y se mueven por las partes altas del árbol, por lo que de esta manera no
compiten por el alimento dentro de un mismo territorio. Bicho listo...
Después de todo lo dicho ir desde Asturias “en caliente” hasta los Pirineos a buscar un ave escasa dentro de la inmensidad del bosque y además en la peor época del año (Agosto) en medio de la última ola
de calor de verano... Desde luego no parecía que fuera una empresa fácil la que me había propuesto en esta ocasión.Cualquier ser vivo con esa temperatura + humedad propia del bosque permanecía refugiada en el interior del bosque, sin apenas actividad ni movimiento:
Llegar hasta los hayedos de Nafarroa no es complicado dado que cuentan con buenas carreteras de montaña, buenos paneles indicadores y señales en buen estado de conservación etc. que sinceramente son la envidia de lo que tenemos montado nosotros en nuestro "Paraíso Natural". El problema viene cuando llegas al propio bosque porque: ¿por dónde empezar cuando estás fuera de tu hábitat, en un lugar desconocido que es de los bosques más grandes de Europa buscando a una de las aves más escasas y que encima el ave sea un pícido?.
Llegar hasta los hayedos de Nafarroa no es complicado dado que cuentan con buenas carreteras de montaña, buenos paneles indicadores y señales en buen estado de conservación etc. que sinceramente son la envidia de lo que tenemos montado nosotros en nuestro "Paraíso Natural". El problema viene cuando llegas al propio bosque porque: ¿por dónde empezar cuando estás fuera de tu hábitat, en un lugar desconocido que es de los bosques más grandes de Europa buscando a una de las aves más escasas y que encima el ave sea un pícido?.
Reconozco que perdí muchas horas en el
error de buscar estérilmente al ave dentro del gran hayedo, sudando la gota gorda para avanzar a través de las verticales laderas. La hoja
de las hayas, abetos y demás especies tampoco ayudaban mucho a la hora de
intentar observar lo poco que se movía por arriba en un mes de agosto. Pronto entendí que la mejor estrategia consistía en no buscar al ave dentro del hayedo (era cómo buscar una aguja en un
pajar) sino que tal vez el éxito de la misión estaría en encontrar un buen entorno dentro del impresionante hayedo.
Comienza a amanecer y la luz no es aún
lo suficientemente buena cómo para distinguir bien las aves debajo de los
árboles, desayuno sobre la marcha para no perder más tiempo y poder así entrar en calor rápidamente. Llevo "pateando" desde
las 06.00h tras pasar una noche bastante “espartana” para alguien acostumbrado a dormir en un colchón,
no llevo un rumbo concreto pues me muevo por las laderas buscando un lugar
apropiado para albergar a los pícidos. Hace rato que ya he dejado atrás los senderos oficiales y abajo quedó todo lo prescindible (incluido
el agua o la chaqueta) así que con la cámara a un lado y prismáticos en mano,
avanzo alegremente en manga corta intentando eso sí hacer el mínimo ruido, fijándome lo
máximo posible en todo lo que se mueva por los árboles.
A las 08.00h de la mañana
encuentro un lugar diferente a lo ya visto anteriormente y que hace que me detenga, pues delante de
mí se presenta una ladera bien orientada y lo suficientemente inclinada,
poblada con erguidas hayas de buen porte, imposibles de abrazar, junto a ellas aparecen mezclados algunos espigados abetos blancos y también algunos desperdigados serbales. En el suelo intentan buscar la escasa luz que
dejan las hojas de las hayas algunas matas de avellanos, helechos y hasta boj. Sobre este "atrezzo" aparecen los verdaderos protagonistas de esta película que me he montado: tres o cuatro troncos gigantes podridos, antiguas hayas que aún aguantan estoicamente en pie, pudriéndose poco a poco desafiando a los elementos y con fecha de caducidad.
En los años que he "pateado" por casi todos los bosques de Asturias y parte de los Cantabria y alguno de Castilla y León, jamás he encontrado un lugar más apropiado para pícidos que este que tengo delante. En la maltrecha corteza de los viejos troncos se aprecian
claramente las típicas marcas realizadas por los pícidos sobre ellos. Incluso aparece en uno de
estos “tótems” abrasados a picotazos un viejo agujero realizado en el pasado por el Picamaderos negro. Desde luego los bichos
se han empleado bien a fondo con estos troncos, perforándolos por todos sus
lados, ya sea buscando alimento, realizando su nido o simplemente dejando un
mensaje claro de quién manda allí. Mientras esperaba la aparición de cualquier ave asemejada a un pícido, los Agateadores y Trepadores se dedicaban a “jugármela" haciéndome saltar las revoluciones de la “patata” cada vez que se movían por entre las ramas, pero en un momento dado empecé a escuchar unos extraños y breves ruidos procedentes a mi espalda, concretamente de la parte intermedia de tres abetos que habían crecido mezclados juntos.
Para seguir aves en el bosque es
importante tener fino el oído, esto es fundamental además de conocer de antemano los sonidos y reclamos que realizan los animales; con los pícidos esto se convierte en algo fundamental porque generalmente ,fuera de la época de celo, no realizan vuelos a campo abierto largos o muy vistosos, tampoco permanecen expuestos mucho
tiempo a la vista y tienen preferencia por buscar las partes sombrías y ocultas de los
árboles. Pasan por ser aves más bien discretas y que intentan pasar la jornada desapercibidas.
El sonido que procede de los abetos aunque no es claro, no me es familiar para mi oído y me pone en alerta rápidamente, tras unos minutos de incertidumbre sin poder poner la mano en el fuego el que fueran los dorsiblancos los que estaba viendo moverse entre las espesas ramas y las impermeables agujas de los abetos y con mucho miedo a que las aves se fueran
volando lejos y no lograra confirmar su identificación, me fui moviendo de rodillas y despacio
alrededor de los abetos procurando encontrar un hueco y una vista “limpia” y que me permitiera observarlos bien. Finalmente con paciencia y una cierta dosis de nervios pude lograr ver a la pareja y confirmar su identificación.
Simplemente con estas dos fotos de aquí arriba ya me habría conformado en aquel momento. Sinceramente lo primero que me llamó la atención fue
su tamaño, me lo imaginaba más
pequeño pero comparándolo con el picapinos el "dorsi" le saca centímetros, también al
instante también me dio el cante su singular espalda:
Con ese barreado blanco tan característico de la especie y que incluso personalmente me parece más evidente de lo que pensaba o de lo que había visto en fotos o en las guías.
También llama la atención lo largo y puntiagudo del pico, un verdadero arpón perforador de la madera, el bicho desde luego va bien “equipao”...
Con ese barreado blanco tan característico de la especie y que incluso personalmente me parece más evidente de lo que pensaba o de lo que había visto en fotos o en las guías.
También llama la atención lo largo y puntiagudo del pico, un verdadero arpón perforador de la madera, el bicho desde luego va bien “equipao”...
Mientras la hembra literalmente a la hora desaparecía entre los abetos y no volvería a
verla más en el resto del día, el macho
por su parte comenzaba la jornada volando por delante de mío (eso ya para abrir boca y dar comienzo al espectáculo que me esperaba minutos después...) pasó volando tan cerca de mi lado dejándose caer ladera abajo que pude escuchar perfectamente el sonido de las alas batiendo el aire.
Al escoger quedarme en ese sitio y no seguir caminando, había previamente examinado el suelo para evitar pisar ramas o piedras llegado el caso de tener que moverme. Aunque el ave evidentemente me había visto perfectamente desde el minuto uno, sin embargo no se asustaba por mi presencia, por mis movimientos con la cámara o por el sonido del obturador, sino que permanecía ajeno metido en su rutina: posarse en cada uno de los árboles elegidos, de cuando en cuando alimentándose, e incluso acicalándose el plumaje para dejarlo impecable. Lo había leído anteriormente, pero el bicho una vez superada la dificultad de encontrarlo, es confiado; muy del estilo del pico mediano, el otro "especialista" de la familia.
Al escoger quedarme en ese sitio y no seguir caminando, había previamente examinado el suelo para evitar pisar ramas o piedras llegado el caso de tener que moverme. Aunque el ave evidentemente me había visto perfectamente desde el minuto uno, sin embargo no se asustaba por mi presencia, por mis movimientos con la cámara o por el sonido del obturador, sino que permanecía ajeno metido en su rutina: posarse en cada uno de los árboles elegidos, de cuando en cuando alimentándose, e incluso acicalándose el plumaje para dejarlo impecable. Lo había leído anteriormente, pero el bicho una vez superada la dificultad de encontrarlo, es confiado; muy del estilo del pico mediano, el otro "especialista" de la familia.
No siempre "murmura" (sin llegar a reclamar) sino que más bien permanece en
silencio la mayor parte de la jornada, casi nunca está inmóvil sino que se desplaza
continuamente por los troncos de los
árboles, fundamentalmente avanza en vertical apoyándose en las rectrices duras de su cola y sujeto a unas fuertes uñas. Me
sorprende que se pose con tanta frecuencia sobre las ramas y que permanezca un tiempo
en ellas como hacen el resto de aves no trepadoras, lo más parecido lo he visto en algunos Picapinos en zonas en donde no había árboles de buen porte o en el Torcecuello.. Una muestra:
Cómo digo normalmente es un ave silenciosa aunque de vez en cuando “murmura” algo de mala leche, esto a veces es casi inapreciable por ejemplo si hace viento en ese momento y se mueven las ramas o si el ave está en una zona muy alta.
Cómo digo normalmente es un ave silenciosa aunque de vez en cuando “murmura” algo de mala leche, esto a veces es casi inapreciable por ejemplo si hace viento en ese momento y se mueven las ramas o si el ave está en una zona muy alta.
En un par de ocasiones mis oídos de repente escuchan melodía al escucharlo relinchar,
quizás en respuesta a otro macho territorial de otra zona distinta del hayedo que haya hecho lo propio segundos antes, pero yo no lo alcanzo a escucharlo desde mi
posición, pero el bicho a veces veo que "se putea".
Abajo: pájaro puteao inmóvil escuchando:
El ave está un tanto “picada” o pendiente de este “rival” por lo que además de “relinchar” de cuando en cuando, en un par de ocasiones hace una cosa bastante curiosa: vuela hasta al haya más alta y delgada del lugar, y cuando llega a lo que queda de una rama seca la utiliza de yunque para comenzar a tamborilear.
Abajo: pájaro puteao inmóvil escuchando:
El ave está un tanto “picada” o pendiente de este “rival” por lo que además de “relinchar” de cuando en cuando, en un par de ocasiones hace una cosa bastante curiosa: vuela hasta al haya más alta y delgada del lugar, y cuando llega a lo que queda de una rama seca la utiliza de yunque para comenzar a tamborilear.
Es un tamborileo bastante peculiar ya que
agudizando el oído se nota que va de más a menos pero con el pedazo de pico
que gasta el bicho se escucha perfectamente incluso a de decenas de metros del
lugar. Os recomiendo ver este vídeo que refleja lo que os acabo de contar:
El dorsiblanco ,al igual que otras aves, le
dedica su buen tiempo al día a limpiar y poner en orden su plumaje, por eso aprovecha las horas
muertas de la mañana para repasarlo minuciosamente, siempre “clavado” en
vertical al tronco.
Cuando llega el medio día la actividad
del ave baja considerablemente, ya no se mueve tan enérgicamente "a tirones" por los
troncos, ni por ejemplo cambia de árbol con tanta frecuencia, ahora se queda quieto casi siempre en las partes
no visibles y sombrías del árbol, pues el calor ya aprieta y la lista de enemigos debe de ser amplia para un ave de plumaje tan vistoso. Tampoco realiza ya ruido alguno, ni reclamos ni "murmullos".
Las hojas de los árboles no permiten seguirlo visualmente siempre, a veces desaparece y al rato vuelve a aparecer por alguna rama o por otro tronco cercano nunca muy lejano del anterior, pero ahora ya desaparece por espacios de cada vez más tiempo y si no fuera porque llevo observándolo continuamente desde las 08.00h de la mañana, juraría imposible que
hubiera un Pico dorsiblanco encima de mi cabeza.
A veces aprovecha los rayos del sol que se filtran entre los árboles para "solearse" un poco primero por delante y luego por detrás. Mirar que cara de gusto pone el sinverguenza:
Llegado el momento me doy por satisfecho con lo vivido y me despido con cierta nostalgia de ver esta especie tan lejana de mi Asturias, deshago el camino hecho previamente al amanecer pero esta vez parando y saboreando los bellos rincones del bosque navarro, ya sin la presión de buscar y encontrar al ave, y con cierta envidia sana al comparar estos parajes con nuestros apreciados eucalitales asturianos.
Abajo ya se escuchan las voces de los "sapiens" y sus crías, saludo a los primeros senderistas que me voy encontrando tras dos días internado en el hayedo mientras bajo por las laderas. Al dar la última curva, cuando se ve por última vez la amplitud del hayedo tras cruzar previamente el río, escucho del interior del hayedo el último relincho que además de servirme de despedida perfecta es de un ejemplar diferente al que he estado observando.
Finalmente me queda llegar al aparcamiento, reponer fuerzas y comer pensando en el feliz largo camino de regreso a mi país: Nafarroa, Vitoria, Bilbo, Santander y finalmente Asturies pero con el objetivo gustosamente cumplido.
Espero que os haya gustado la entrada y resumen de mis vivencias con esta bonita ave. También espero no tardar tanto en actualizar esto y por cierto para la próxima toca hablar de pelo, que lo tengo un tanto abandonado.
Un saludo y gracias por los comentarios y visitas.
Muy bueno, artista. El que la sigue la consigue. Muy chula la entrada.
ResponderEliminarun abrazo
Gran entrada!
ResponderEliminarMe alegro de que tuvieras suerte y de la buena con esta joya que tenemos por aquí. Desde luego pocos han gozado de tan extensa observación (yo no por lo menos). Ahora a esperar si poco va al oeste y quien sabe si algún día alcanzara otras serranías con bosques mejor gestionados.
Saludos camperos!
Muy buena Juan!!
ResponderEliminarEstupenda entrada y felicidades por los encuentros. Un abrazo
ResponderEliminar¡Qué paciencia! No hay uno que se te resista....
ResponderEliminarSaludos.
Yes brutal, Xuan. Menudo subidón, no se te quitaría la sonrisa de la cara hasta Llanes por lo menos. Enhorabuena.
ResponderEliminarEntrada para enmarcar!
ResponderEliminarDe verdad que te has lucido. Un placer leerte y aprender.
Enhorabuena...
Paco
Impresionante!!
ResponderEliminarBeautiful!!! :)
ResponderEliminar