21 de septiembre de 2012

"TEJONADAS"

Hola de nuevo!
Tras un verano bastante "movido" y tras las idas y venidas tradicionales de las fechas veraniegas por fin he regresado a la sucia y funesta ciudad; por lo que ya puedo ir poco a poco subiendo las fotos y vídeos de estos pasados meses. Ante todo quiero pedir disculpas: no me gusta dejar esto tan parado; y cómo os decía en mi anterior entrada, la vida en el pueblo tiene sus ventajas y desventajas y una de ellas es la de la imposibilidad de un Internet lo suficientemente potente cómo para subir una sola foto, o ya ni digamos un vídeo...

Vamos al grano: este verano ya pasado ,por diferentes circunstancias personales, ha sido al igual que en lo climatológico un verano raro y atípico y en cuanto a los "bichos" me ha pasado algo parecido, he tenido grandes alegrías contrastadas con sonoros fracasos. Una de esas alegrías fue la puesta en marcha y ejecución de la "Operación Tasugo"; cómo habéis visto ya es una especie ya tratada en este blog, hace algunos meses publicaba una entrada sobre los Tejones (Meles meles) y he de reconocer que sinceramente no me llevaba yo mal del todo con los Tejones...
TEJÓN
Pero año tras año, he de reconocer que me quedaba la "espinita clavada" de poder observar esta bonita especie durante el día (o al menos con luz natural...), y ya de paso poder fotografiarlos y grabarlos en vídeo. No es por venderos la moto, porque quien conoce un poco a esta especie sabe de sobra que esto es una labor ardua y difícil, pues cómo buen mustélido, el tejón es una especie de hábitos completamente nocturnos, bastante esquiva y desconfiada y yo añadiría que hasta un tanto errática en su comportamiento.
Por eso siguiendo los blog que sigo, la baba se me cae literalmente por el teclao cuando veo fotos cómo ésta de Héctor Ruiz (con tu permiso):
Por cierto, ya que subo dos fotos de su blog, quiero recomendarooslo (sé que muchos de vosotros ya lo conoceréis), pues a cada entrada que publica, es una nueva lección que nos da a los demás y he de confesaros que lo tengo guardado en la carpeta de favoritos del Google Reader.
BLOG ZONA OSERA
En su blog, tiene una entrada dedicada al tejón o "melandru" cómo tb. se le llama en algunas partes de Asturias, aunque en la parte oriental, se le conoce preferentemente cómo "tasugu". Os la paso más abajo por si queréis echarle un vistazo; repasándola (una vez más...) no puedo estar más de acuerdo en lo que escribe:
El tejón: persiguiendo un fantasma
Sin embargo, tristemente casi todos hemos visto y fotografiado a un tejón de día, pero yo buscaba algo diferente a esta estampa tradicional de cuneta de carretera...
Ya dentro de mis deseos y peticiones particulares, también este año buscaba algo diferente a lo típico de salir de madrugada con la linterna y la cámara por los prados y grabar algún vídeo (de dudosa calidad, todo sea dicho...) a todo lo que me fuera encontrando por el camino.  Así que quería dar con los tejones de día y para ello tenía que dar con la tejonera...
La cuestión era probar suerte, echar horas y ver que pasaba, pero tampoco podía perder el tiempo es búsquedas absurdas y estériles, así que lo primero era más bien dejar la cámara en casa (muchas veces nos cuesta horrores hacer esto, pero os lo recomiendo de vez en cuando) y dedicarme lo primero a buscar los rastros, los "pasos" que utilizan y seguir a los ejemplares que me fuera encontrando por las noches alimentándose por los "praos".
Con este plan y "pateando" una zona concreta (tradicional de encuentros "tejoniles") fui encontrando evidencias que demostraban que este año no iba a ser diferente a los anteriores, y por lo que me encontré se ve que que ellos se movían a diario por allí, pero claro: el caso era dar con ellos de día...
En un mapa del Google Maps fui marcando los sitios en los que encontraba huellas, letrinas, pelos en las alambradas, marcas de uñas, o pasos recientes que utilizan para ir de una finca a otra; además revisé las cuevas y tejoneras ya conocidas de otros años anteriores, por si con lo de la crisis les había dado por mudarse sin avisarme...
Si observáis el mapa, he dibujado una serie de puntos de diferentes colores:
- Con un punto amarillo señalé en el mapa los sitios en dónde encontré evidencias de su presencia. Ojo, solamente me servían las de este año (las "frescas"). 
Para asegurarme de que eran sitios habituales de presencia de tejones y no simplemente lugares por los que pasaron en un momento dado (el tejón aprovecha bien las escasas horas de noche y se desplaza continuamente), volví a los mismos sitios un par de días seguidos.
- Con un punto azul, marqué los pasos que utilizaban en sus desplazamientos; bien por entre los muros de piedra, alambradas de cierre de fincas o incluso por las propias portillas de los prados. También el lugar por dónde cruzaban caminos o incluso la vía del tren.
- En rojo he marcado los lugares en los que este año he podido observar a los tejones "actuando" de noche. Son lugares de alimentación, en los que si les da por comer avellanas es fácil dar con ellos por el ruido que producen al masticarlas, también puntos estratégicos cómo un ciruelo silvestre, o unas cerezales en una finca de frutales.
- En rosa he señalado las tejoneras seguras, utilizadas a día de hoy al 100% por ellos y no por parte de otras especies, especialmente los zorros, ya que se solapan y ambos utilizan los mismos sitios. Esto es importante, pues no es la primera vez que me paso horas esperando por los tejones y aparecen "raposos"...
-También si observáis el plano de arriba he señalado con puntos verdes otros posibles sitios utilizados por ellos, digo posibles porque me encuentro con varios problemas a la hora de confirmar la ocupación tejonil, ya que aunque en ellas encuentro rastros
Para diferenciar a pie de "prao" una tejonera de un cubil es bastante complicadillo (creo que ya hice referencia de esto en otras entradas) pero me baso en varias cosas, cómo por ejemplo si existe tierra extraida fuera de la entrada o no, si la hay: la forma en la que esta la tierra en el suelo, si presenta canal o huellas; también si hay o no restos de comida por fuera, el olor, la presencia de letrinas cerca etc.
Aprendiendo y echando horas tb. descubrí que el tejón se rasca constantemente contra los bordes de la entrada, encontrando pelos alrededor, lo cuál es un claro indicador. 
He de deciros que mucho plano, muchos colores y mucho identificar huellas, tejoneras e historias etc, pero aún conociendo perfectamente sus hábitos, los lugares en dónde se alimenta, o incluso aún estando escondido a pocos metros de la propia boca de la tejonera, todo esto no me aseguraban poder observarlos y fotografiarlos de día.
Zona de avellanos en las que los tejones van a comer todas las noches
A pie de tejonera descubrí algunas cosas interesantes, por ejemplo a diferencia de lo que pensaba yo hasta ahora, el tejón no es que duerma todo el día dentro y se despierte cuando ya es de noche y entonces salga fuera, o tampoco es del todo cierto que se decida salir cuando los rayos de sol ya no se filtren por alguna grieta o cavidad de la compleja tejonera (esto último leído en algún libro). 
Una de las tejoneras con mayor éxito de avistamientos
Tamaño de la entrada
Es más, a diferencia de otras tejoneras que visité de otras partes de la región, estas tejoneras son mucho menos amplias y menos complejas de lo que tb. pensaba; no tenían la estructura de pasillos y cámaras comunicadas de otros lugares, sino que siguiendo la propia estructura caliza característica del suelo llanisco (ver los puntos blancos del mapa, son piedras, o "cuetos" cómo los llamamos allí) los tejones de aquí son más propicios a ocupar pequeñas grietas de esos "cuetos", o tb. pequeñas cuevas cercanas entre sí, pero sin establecer una sola de ellas cómo digamos una tejonera principal.
Tejonera en Piloña. Aspecto general
Tejonera en Piloña, excavada en un talud
Detalle de una de las entradas
Cuando los tejones se encuentran con una pequeña grieta en mitad de un prado o más frecuentemente en los lugares sombrios y ocultos por vegetación, la ensenchan y la "tunean" hasta que reúne las condiciones adecuadas para habitarlas.
Tejonera difícil de localizar, pues la maleza ha cubierto la entrada
La entrada y marcas del "pasillo"
Detalle del túnel de entrada
En cambio cuando utilizan una cueva grande, cambian de estrategia y se van hasta su interior, excavando la cámara en su parte final, más oscura y más estrecha.
Lógicamente he descartado seguir a los tejones "cavernícolas", pese a que conozco otros lugares en los que el tejón decide hacer su hogar en el interior de las mismas, pero aquí en cambio no tendría la luz natural suficiente cómo para fotografiarlos bien en el momento que salgan de la tejonera. Además de que estar dentro de una cueva a oscuras durante horas inmóvil no es que me entusiasme  demasiado.
Interior de una cueva con tejonera al final de la misma
Atando cabos me dí cuenta de que el mismo grupo familiar tejonil utilizan al menos 3 tejoneras, pero esto no lo hacen simultáneamente, sino que algunos ejemplares del clan pueden estar usando una y ,otros tejones, otra cueva diferente y dejar vacias el resto durante días. También esto aparentemente lo hacen de forma aleatoria, es decir sin una razón aparente se van cambiando de sitio y van pasando de una tejonera a otra.
Sí he observado que se quedan en la más próxima a la fuente de alimento del momento, si hay cerezas se desplazan a la tejonera más cercana, si hay avellanas... pues si el tejón huele o escucha un aparente peligro mientras se alimente, inmediatamente correrá hacía la cueva/tejonera más cercana.
Ciruelo silvestre, importante en la dieta de los tejones en los meses de verano
Otro mito que se me ha caído es el de encontrarme con complejos túneles y cámaras de comunicación bajo tierra, pues el interior de las diferentes cuevas utilizadas no parece muy grande ni profundo; me baso en la cantidad de tierra extraída en el exterior, en la rapidez con la que entran y salen de las mismas cuando juegan, se pelean, se esconden etc.
Aqui se han puesto el mono y han sacado el pico y la pala
Detalle de la canal dejada a la izda. tras el paso de los tejones entrando y saliendo
Pensaba que por la poca distancia que había entre las cuevas (marcadas en el plano en rosa) podría existir una serie de túneles bajo tierra que las comunicaran entre sí, teniendo cada cueva una determinada función, pero tb. observándolos me he dado cuenta de que ninguna se comunica con la otra mediante túneles, es más: las tejoneras no tienen más salidas, sino que la propia entrada sirve tb. de salida.
¿Cómo entonces se desplazan de cueva en cueva? pues mediante pasos entre los muros y alambradas que separan los praos, utilizando siempre el mismo camino de ida y vuelta.
Las marcas de estos caminos son más o menos evidentes según el estado de la hierba del prado y muchas veces pasan desapercibidas si tiene escasa hierba o ha llovido.
Cómo este verano ha sido atípico, me ha acompañado la suerte en este sentido, pudiendo conservarse muchos de los rastros de las correrías tejoniles de las noches anteriores, delatando con ello, sus idas y venidas, sus refugios y al fin: sus tejoneras habitadas.
La siguiente fase es la más difícil porque es la que menos depende de mí y de digamos "mi trabajo", ya que es la parte que depende exclusivamente del propio animal que es la de salir fuera de la tejonera antes de que el ISO1000 y en adelante de la cámara sean inservibles... y las consiguientes fotos sean para tirar jejeje
Ejemplos:
De todas maneras no voy a echarle la culpa al pobre animal, pues reconozco que ni mi técnica, ni el objetivo, ni el flash que uso tampoco son los más apropiados para la fotografia con poca luz o nocturna. Una persona con más conocimientos, con un buen flash externo se pondría las botas.
Me queda un último escollo (sí, otro más) que es el tiempo, y es que echando cuentas observo que el tejón, aunque es errático en su comportamiento, mantiene más o menos su hora de salida de la tejonera, esto es interesante pues apenas puede tener una variación de 15-30 minutos respecto la hora de salida del día anterior.
El problema consiste en que aunque mantenga una rutina y una hora de salida, lo cuál ayuda mucho, sin embargo no ocurre lo mismo con la luz del día, pues según transcurre el mes, va oscureciendo más temprano. 
Los rayos de sol dando de lleno en la entrada de la tejonera
Por ejemplo: a finales del mes de Junio a las 21.30h de la noche podría tener casi una hora de luz decente para poder fotografiarlo con luz natural, en cambio ahora mismo (a mitad de Septiembre) esto sería imposible, pues a esa misma hora ya es de noche cerrada.
Esto se complica aún más en lo personal, ya que hasta casi a mediados de mes de julio no pude ir por allí de forma constante, por lo que cuando seleccioné los lugares en dónde hacer las "esperas", me quedaban apenas un par de días para poder tener esa luz necesaria para las fotos.

Tejón en un prao, la luz ya es nula para las fotografias
Por lo que no podía perder el tiempo en ir de una tejonera a otra a esperarlos al anochecer, así que tuve que dejar de lado otros sitios y quedarme solamente con 3 lugares en los que esperar a que sonara la flauta y que me daban buenas sensaciones.
En resumen tuve suerte en dos de los tres sitios, lo cual creo que no esta nada mal, sin embargo cuando ya los tejones cogieron confianza los días ya menguaban bastante, y los resultados no fueron los que esperaba en cuanto a fotografía, pues ya me quedaba sin luz, pero bueno algo es algo... otro año iré en Junio.
A pesar de que no es una especie nueva para mí y que la he observado y grabado durante muchas horas de noche (incluso casi a mis pies con el teléfono móvil); observarlos de día  (vivos) confieso que es una sensación extraña, pues además el bicho visto de día cambia totalmente la imagen que tenemos de él.
Normalmente el tejón sale de su cubil cuando la oscuridad vence a la luz en su batalla diaria pero a veces ,y sin saber muy bien ni explicar el motivo, (hambre, calor, pulgas, peleas o juegos en el interior que continúan en el exterior etc) el tejón decide salir antes de que sea de noche.
Olfateando
La primera señal inequívoca de que el tejón esta cerca del exterior nos la proporcionarán los insectos, concretamente las moscas, pues las veremos de repente entrar y salir de la tejonera, en busca de su preciado grasiento y peludo inquilino.
El tejón asoma su robusta y rayada cabeza por la boca de la misma, y sin sacar nada más que el hozico por ella, comienza a ventear el aire, utiliza uno de sus mejores recursos: el olfato, pues sabe que es su mejor aliado tanto para alimentarse cómo para evitar posibles peligros que acechen el entorno de su madriguera.
Asomando por fuera de la tejonera
Cuando con calma y meticulosamente ya ha comprobado que no hay peligro a la vista, va sacando su cuerpo, estira su largo cuello y comienza a oler a su alrededor; posiblemente huele los rastros dejados al entrar y salir de la tejonera por la propia familia, lo cuál parecen realizar de forma consciente y con un sentido territorial, al igual que la letrina en las cercanías del hogar.
No sale ni a paso firme ni directamente de allí, sino que lo hace siempre duditativo, parece que no muy convencido de que la noche aún no sea oscura en esta ocasión, por lo que no es raro que gire sobre sus pasos y vuelva dentro de la tejonera, hasta que pasado el tiempo, vea que la noche ya es convenientemente oscura para sus intereses.
Llegados a esta situación (que es la más frecuente) apagaremos la cámara, nos olvidaremos de nuestro plan y dando el día por perdido, nos dedicaremos entonces a disfrutar ,en el silencio de la noche, de sus evoluciones. 
Repito que solamente en algunas ocasiones, el tejón decide salir aún con los rayos del sol inclinados incidiendo en su tejonera, y no volver a la tejonera instantes después.
Siempre me ha llamado la atención su velocidad, visto solamente en fotografias puede parecer un animal pequeño, robusto, paticorto y rechoncho; incapaz de correr a grandes velocidades.
Sin embargo (aparte de ser un excelente nadador) ante cualquier mínimo ruido el tejón que hasta ahora estaba en continuo trasiego, ahora se queda completamente inmóvil unos segundos; haciendo la estatua sabe que es la única manera primero de localizar mediante su fabuloso oído y olfato la procedencia y la magnitud del peligro que le acecha, y en segundo lugar de esta manera también logra despistar un posible ataque. Si cree que el peligro es real pasará de hacer la estatua, a de repente correr hasta refugiarse en la tejonera más cercana.
Lo mismo observo en sus juegos/peleas que son frecuentes nada más salir de la tejonera; parece que esperan el momento de salir de la tejonera para arreglar de inmediato las cuentas pendientes guardadas durante todo el día bajo la tierra (debe ser cómo cuando te calentaban en el colegio y esperabas al otro a la salida para darle lo suyo afuera...). 
Eso sí, la sangre nunca llega al río, y es simpático verlos "engarrados" dando vueltas sobre sí mismos, mordiéndose o atacando sus partes nobles... Durante esos juegos-peleas el tejón se ejercita para ser una difícil presa ante cualquier depredador que intente hacerle frente, y no me extraña que el pobre zorro vecino de cueva, pase olímpicamente de ellos, pues no me gustaría vérmelas con un tejón cabreado...
Zorro acordándose de Rajoy
Patas fuertes acabadas en potentes y curvas garras delanteras, pelo largo y resistente, hozico fuerte con una buena dentadura carnívora y un cuerpo compacto hacen que ,panza arriba o revolviéndose, difícilmente el otro adversario no se vaya de rositas de la pelea...
Sin embargo el tejón tiene un punto débil: su pobre vista, y si el aire nos favorece y estamos lo suficientemente quietos en nuestro escondite, no es difícil que se nos acerquen con curiosidad hasta apenas un par de metros nuestro, en esos momentos nuestro propio olor ya se hace insoportable para su especializada nariz y correrá de nuevo a la tejonera.
"La estatua"
Pero esos segundos son momentos en los que el corazón te late rápido y piensas a ver hasta dónde es capaz de acercarse el tejón. Momentos mágicos que se dice.
Acercándose...
Los hermanos
Poco más he de decir, pues los tejones no acostumbran tampoco a estar mucho tiempo por los alrededores de la tejonera, apenas son unos minutos en los que aprovechan para acostumbrarse a la luz, al aire, a estirar las patas, rascarse las pulgas, jugar, pelearse, hacer sus necesidades y rápidamente se ponen en camino hacía sus lugares de alimentación, por allí andarán sin parar durante toda la noche, no en vano el hambre pesa y es primordial para coger el peso adecuado para pasar los rigores del invierno.
Aunque las fotos y vídeos no son gran cosa, me han hecho mucha ilusión pues reflejan un montón de trabajo detrás, de horas pasadas allí con ellos, observando y aprendiendo el comportamiento del mustélido más abundante y más extendido de la familia, pero creo que no por ello, es el más conocido.
Espero que os haya gustado la entrada, siento no poder haber actualizado el blog y comentar los vuestros, pero ahora que llega la espera invernada, me pondré al día.
Cómo siempre: gracias por vuestra paciencia y por dejar unas letras escritas.