27 de enero de 2015

LOS ESCRIBANOS

Hola amigos y amigas!!

Hoy toca hablar un poco más extensamente de "pajarinos" pequeños, concretamente de los representantes de la familia Emberiza que podemos encontrarnos por Asturias. Así que poneros cómodos (o tirar de largo hasta el siguiente blog) porque hoy toca "rollo" ya que la familia es en este caso es numerosa, con unos 40 escribanos diferentes por todo el mundo. Evidentemente no voy a hablar de todos ellos, sino de los 7 más conocidos, o de los que podemos ver por aquí normalmente son el: Escribano cerillo, soteño, montesino, hortelano, palustre o el más escaso Escribano nival. Terminando con el Triguero.
Si hablamos del ave lo primero que por lo menos a mi se me viene a la cabeza es la de un pequeño pájaro que generalmente encontramos pululando por el suelo, factor éste que a veces nos es útil a la hora de diferenciarlos de otros miembros de la gran familia passeriforme, cómo por ejemplo los fringilidos
Ya que a pesar de observarlos también posados en perchas, habitualmente andan por el medio terrestre, buscando semillas, brotes o incluso pequeños insectos (especialmente en época de cría). No es un ave que destaque por tener unos colores muy llamativos, salvo el amarillo fosfórito del E. cerillo o los restos de blancos que le quedan al E. nival en su plumaje cuando ya nos llegan aquí, ya que los colores pardos o discretos que presentan en sus plumajes la mayoría de escribanos, les ayudan a la hora de camuflarse perfectamente cuando andan por el suelo.
Aunque generalmente los Escribanos no suelen tener unos colores de plumaje muy destacados cómo digo, también es cierto que observados de cerca tienen toda una gama, matices o tonalidades bien diferentes. El rasgo distintivo más evidente,o al menos el que me sirve a mi a la hora de localizarlos en el campo y distinguirlos de otras aves, es la forma del pico tan especifica, presenta un pico cónico, corto y robusto, con una característica mandíbula superior mucho más pequeña que la inferior. 
Lo habitual en Asturias es poder ver (mejor o peor) a estas siete especies de Escribano que por otra parte, son las más habituales o comunes que se dejan ver en la P.I. Buscando por la red y por las guías información he encontrado citas homologadas de otros Escribanos mucho más raros de observar no solamente aqui o en España, y que aparentemente suelen ser aves que aparecen de forma accidental, lejos de su habitual límite de invernada. 
Quizás la escasez de citas se deba entre otros factores a que las rutas migratorias de este tipo de aves nos pillan un poco lejanas y se concentran más en la zona más oriental. Seguramente haya cada año Escribanos de esos raros y escasos que nos visiten sin que nos enteremos de su presencia, pero el hábitat y las costumbres del ave tampoco ayudan mucho a la hora de detectarlo y finalmente tampoco hay muchas personas dedicadas especificamente a esta labor.
Así que aparte de los "siete magnificos" que voy a pasar a describir más abajo, cabe también la posibilidad (aunque remota en algunos casos) de poder observar otro tipo de Escribanos en Asturias y en España, cómo por ejemplo: El Escribano cabecinegro (E. melanocephala) hay solamente nueve citas seguras entre 1984 y el 2004, principalmente en las costas este y sur de la P.I. (Cataluña, Baleares o Andalucia).
Por cierto las fotos que acompañan este texto no son de ninguna de estas especies raras.
El Escribano de Gmelin (E. leucocephalos) con tres registros (Barcelona, Castellón y Cuenca en 1986, 1989 y 1995 respectivamente. También el Escribano rústico (E. rústica) con tres citas (Sevilla, La Albufera o Algeciras). 
El Escribano de Brandt (E. cioides) con solamente un macho capturado en Santander en 1994. El Escribano aureolado (E. aureola) con tres citas: una cita en Chipiona años setenta, en Belchite 1987 o en la Isla de Cabrera en 1995. Ave divagante, si se puede encontrar en el noroeste de Europa (Escandinavia o Gran Bretaña), siendo muy raro en el resto.
Estos de arriba ya os digo son "jodidillos" y tal vez no veamos uno en la vida. Hay otro grupo que intencionadamente he dejado aparte, se trata del  Escribano Pigmeo (E. pusilla) con unas 30 citas homologadas en "Espaing" entre 1.984-2.004 y que en Asturias han aparecido dos ejemplares en el año 2.009 en el Sablón, Ría del Nalón (Soto del Barco) durante las jornadas de anillamiento que por allí realiza la gente del Grupo Torquilla.
Anteriormente se observó uno año antes en Valdoviño (El Ferrol) observado por Pablo Gutierrez:
hescribano-pigmeo
Y más recientemente en el año 2.011 en Cabo Quintres (Cantabria) un ejemplar descubierto por el gran Angel Ruiz Elizalde: 
sorpreson-en-cabo-quintres-escribano
O el precioso Escribano lapón (Calcarius lapponicus) cuya población invernante ya es de por sí escasa y además parece concentrarse en los litorales de Normandia y Bretaña cómo lugares más cercanos a nos. Sin embargo de vez en cuando puede verse algún ejemplar en paso otoñal. 
En el año 1.972 tiene lugar la primera cita en Iberia y hasta 1.994 hay 14 registros homologados, la buena noticia es que la mayoría de estas observaciones corresponden a Asturias y Galicia en fechas otoñales. 


Creo recordar que las últimas veces que se observaron por aquí fue en el mismo año 2.010, correspondiente por un lado a 8 (5+3) ejemplares en Cabo Peñas.
Fotos de David Alvarez:
escribanos-lapones
Y los 3 ejemplares visto por Luis Carrera en La Talá (Llanes), por cierto a escasos kilómetros de mi pueblo.
Vídeo de Luis Carrera:
Vídeo lapones
O por ejemplo en fechas más recientes (año 2.012) por Manuel Quintana o Daniel Lopez Velasco de nuevo en Cabo Peñas. Blog de Manuel Quintana:
afluencia-de-calcarius-lapponicus
Aviso de que estos datos pueden no ser precisos o no estar actualizados a fechas recientes, pues tampoco he querido profundizar demasiado en estas cuestiones, pero al menos sirven para hacernos una idea de la presencia o la abundancia o no de estas aves "raras" por aquí. 
Cómo veís especialmente en estas dos últimos escribanos "raros" de vez en cuando (y no todos los años) se deja ver alguno por aquí, especialmente en el Norte peninsular. Seguramente lleguen muchos más de los que se observan y que nos pasen desapercibidos y más teniendo en cuenta que su estancia aquí puede ser muy breve antes de proseguir viaje.
Así que una vez repasados un poco por encima todos estos parientes lejanos, "exóticos" y raros (o muy "raro raros") vamos centrarnos y a empezar a ver a continuación a aquellos Escribanos que más o menos se suelen dejar ver por aquí de forma habitual. Sin seguir un criterio o un orden determinado comienzo hablando del Escribano montesino (Emberiza cia) esta vez el nombre en castellano de esta especie a mi me parece más idóneo que pornerle "común", "europeo" cómo a muchas de nuestras aves. Abajo un mapa orientativo de su distribución, que no viene nunca nada mal para orientarnos:
Y es que este bello escribano lo podemos encontrar en nuestras montañas a partir de los 600 m. de altitud, salvo en invierno en el que suelen descender hacía lugares más climatológicamente benignos. Para mí y basándome solamente en apreciaciones personales, es el más abundante de todos y el que puedo ver casi todo el año aquí.
Así que su presencia habitual en laderas pedregosas bien soleadas suele acompañar y alegrar a cualquier "pisapraos" que se dirija de camino a la montaña, ya sea o bien posado en el matorral (Tojo o Brezo) parte importante de su hábitat, o en cambio "a lo ratón" comiendo inquieto por el suelo. Si no se quiere realizar el esfuerzo de "patear" y cargar con el equipo ladera arriba, os recomiendo que si teneís que pasar en coche cualquiera de nuestros puertos de montaña, os dentegaís en las cunetas de la carretera dado que suelen ser un buen sitio para observarlo:
A pesar de que generalmente las aves de medios montañosos no suelen ser muy agradecidas con la cámara, el E. montesino es por el contrario un ave poco arisca al "sapiens Quechua" y presenta un comportamiento confiado y cercano al estilo Colirrojo tizón o Acentor común/alpino por poner unos ejemplos similares, por lo que puedes acercarte a él sin que parezca inmutarse mucho, o incluso es él el que se acerque. 
Reconozco que con esta cercanía que demuestra muchas veces esta "avecilla" de antifaz negro me ha salvado de volver a casa de vacío tras darme la paliza de turno por la montaña al no encontrar la especie que buscaba mentalmente al salir previamente de casa. Por ejemplo es muy habitual en mi el caso de salir al monte a por Pardillas o Treparriscos y volver solamente con montesinos en la tarjeta de la cámara. Y ni tan malo...
Es sin duda nuestro escribano más común, cómo ya digo: el más confiado, el más sedentario (salvo esos cambios de altitud en el invierno) y el que se adapta mejor a los diferentes ambientes o hábitats.
El siguiente de la lista es el Escribano cerillo (E. citrinella) sin duda el ave más colorida de todos los escribanos conocidos, con ese amarillo intenso que lo hace inconfudible y lo asemeja a un canario. De nuestras aves, esta en mi Top-5 en cuanto a plumaje destacado por su colorido y dar el "cantazo" nada más verlo.
Por el contrario a su "primo" el montesino, el cerillo puede habitar en paisajes de mosaico, aunque escoge mejor su emplazamiento o área de distribución, limitándose a la estrecha franja norteña (especialmente en Cordillera cantábrica y Pirineos) y apareciendo en el resto de regiones de forma quizás más fragmentada. Además de su característico y bien visible amarillo brillante, destaca por tener un antifaz de tres bandas "escribanesco" casi inadvertido y por tener el obispillo o el pecho con colores marrones casi rojizos.
Ave que en Asturias también le gusta la altitud y lo podremos ver preferentemente a partir de los 1.000 m. de altitud, parece tener apego a los cursos de agua y las campas matarrolizadas, en dónde se percha, canta, vigila y se resguarda. 
Bajo mi humilde experiencia me parece un ave que depende más de este tipo de perchas, postes, matorral, árboles o incluso de los cables y alambres que el resto de compatriotas, que suelen pulular más bien por el suelo. 
Desde allí arriba es desde dónde el macho emite su característico trino que hace que lo veamos claramente. Particularmente me encanta cuando en primavera el macho no para de cantar desde lo alto de su posadero, con las alas caidas, cola subida y ese estrecho antifaz negro precioso que parte desde el pico hacía la cabeza y que solamente apreciamos bien cuando el ave nos mira de frente.
La dieta del cerillo se compone básicamente un 70% de materia de origen vegetal, semillas, hierbas, hojas o frutos carnosos. El otro 20% lo compone los gusanos y los insectos que atrapa (coleópteros, lepidópteros o dípteros).
El Escribano soteño (Emberiza cirlus) a diferencia de los dos primeros, es el miembro de la familia que se ocupa de las zonas más bajas formadas por valles con lindes, parques, jardines, setos, campos de cultivo o incluso frutales, aprecia las zonas con vegetación densa, arbolados etc. Evitando las zonas secas o de alta montaña.
Lo de soteño precisamente le viene por los sotos o riberas, ya que pasa el día entre las matas o cultivos de los prados. Cómo podeís ir viendo, cada especie de Escribano va ocupando más o menos un espacio o hábitat diferente al del anterior.
También cada tipo de Escribano tiene un plumaje diferente que se distingue bien del otro, en el caso del soteño destaca por el obispillo pardo oliva, con una cabeza rica en contrastes cromáticos con marcas laterales bien definidas y un cuello o antifaz de color negro. Es junto al E. cerillo uno de los más coloridos.
Su distribución es principalmente por la zona mediterránea o la mitad Norte peninsular, sin embargo no es que me parezca a mi un ave ni muy abundante, ni que encuentre en muchos lugares.
En el invierno la población de aquí puede hacer algún tipo de desplazamiento a zonas más acogedoras o bien agruparse en pequeños bandos, teniendo predilección por los campos labrados o barbechos. 
No tiene problema tampoco en asociarse a otro tipo de aves como pinzones o incluso E. cerillos. En este caso, este invierno puedo observar un pequeño grupo de ellos, tampoco de números muy elevados.
El Escribano palustre (E. schoeniclus) a diferencia del E. soteño y los otros dos, prefiere un hábitat completamente diferente, prefiriendo las zonas de humedales y carrizos/juncos. También tiene predilección por zonas pantanosas, prados húmedos y encharcados etc.
Se le puede considerar una especie invernante en Asturias, ya que no es un ave que actualmente parezca que críe en Asturias y además parece que está en regresión, a finales de los años 90 se estimaba una población total de solamente entre 4-10 parejas reproductoras y desde entonces la tendencia no es que sea positiva en Asturias, sino todo lo contrario. 
A principios de los 80 solamente criaba localmente en el Río Nalón, el Eo o en la Ría de Tinamayor. Actualmente se cree que solamente cría en la desembocadura del río Nalón (Soto del Barco o San Esteban de Pravia) de forma muy escasa (apenas tres parejas) y además de forma esporádica
Similar caso ocurriría en la Ría de Villaviciosa (una o dos parejas). A pesar de existir zonas óptimas de carrizal parece que actualmente no deben de criar en la Ría del Eo o por ejemplo en la del Navia.
En el censo específico de esta especie realizado en el año 2.005, se prospectaron 14 zonas óptimas para la vida y felicidad del bonito palustre, sin embargo su resultado fue negativo. Cómo digo si cría actualmente en Asturias lo hace en números muy bajos y no siempre. 
No en vano sorprende que pueda ser una de las aves reproductoras más amenazadas actualmente y que sin embargo esto no tenga una mínima relevancia institucional o incluso social, sin embargo por otro lado se destinan estudios, prensa y proyectos por miles de euros para otras aves "emblemáticas".
Además los escasos ejemplares que deben de anidar aún en España no pertenecen a una misma subespecie sino que son dos diferentes (witherbyi y lusitanica) siendo además las dos endémicas. A estas dos subespecies además (para rizar el rizo) en invierno se unirían los palustres invernantes ( schoeniclus) procedentes de diversos lugares de Europa central y en menor medida, de la Europa septentrional o meridional. Esta entrada de palustres "europeos" vienen a ser las aves que actualmente vemos en Asturias durante el invierno.
Se calcula que su población reproductra (ya de por sí fragmentada) puede albergar unas 278-414 parejas en toda España, su declive en los últimos veinte años ha debido de ser espectacular y desde luego el hombre tiene mucho que ver con la destrucción de las zonas húmedas o la intensificación agrícola o cambios en sus usos. 
Para entender un poco más esto y apreciar la dimensión del problema, nada mejor que ver dos ejemplos: en el Parque Natural de la Albufera (Mallorca) en 1.990 hacia entre 250-1.000 parejas nidificantes censadas, en 1.992 quedaban 400 y en el año 2.000 no superaban las 25. Esto supone una pérdida del 90% en sólo 10 años.
En el Delta del Ebro en 1.995 se estimaba una población repoductora de entre 321-485 parejas, en el 2.002 sin embargo quedaban 50-100 parejas. Esto es un retroceso por encima del 75% en menos de diez años.
Es por tanto junto con la Alondra de Dupont y el Alzacola los tres componentes del grupo de paseriformes que están catalogados cómo "en peligro de extinción", y que forman parte del Libro Rojo de las Aves de EspañaPese a esta situación límite en España contrasta con una amplia distribución paleártica, ya que podemos observar E. palustres desde aquí hasta China.
Aquí en Asturias he podido observar a estos invernantes en dos ambientes diferentes, por un lado en la desembocadura del río Nalón o en la Ría de Villaviciosa, zonas húmedas y con carrizales.
También en menor número he podido verlos en zonas amplias encharcadas de prados con lindes y algo de arbolado desde dónde establecen sus perchas.
El segundo espacio y que es una zona óptima de observación para este ave así cómo otras especies, son los amplios cultivos de maiz que han sido ya cosechados, en compañía de otras aves o bien en pequeños grupos.
El Escribano al ser un ave que la mayoría de las veces la encontramos en el suelo, le viene de perlas estos grandes espacios con restos aún del tallo cortado del maiz y algo fanganosos dado que durante meses no ha crecido otra hierba allí que no sea la propia planta del maiz y ahora ha quedado al descubierto. Eso sí, en todos estos espacios nunca lejos del agua.
Su comportamiento para mí es el más esquivo y tímido de todos los Escribanos, pues es un ave que  al detectar tu presencia emprenderá vuelo y se alejará nada más que comiences a intentar aproximarte a él. Cualquiera lo diría viendo el comportamiento totalmente diferente de por ejemplo su primo el E. montesino.. 
Pero en este caso intentar observarlo o fotografiarlo es una tarea de suerte, estar en el momento oportuno, o de tener mucha paciencia e intentarlo varias veces. Estos dos últimos meses lo he intentado, pero hasta el momento se me está resistiendo, o al menos no tengo la foto que está en mi mente.
El macho de esta especie, de plumaje más pardo que otros escribanos, destaca por su llamativo collar blanco que contrasta con la cabeza enteramente negra. La hembra es aún más parda y apagada. 
La mayoría de ejemplares invernantes que vemos por aquí presentan un plumaje más digamos "sucio", mantienen la garganta negra y la cabeza con muchas manchas y puntos en los extremos de las plumas de color pardorojizas, el collar antes blanco ahora esta muy manchado de color pardo. Normalmente pasan el día por el suelo buscando alimento, al llegar la noche suelen hacer dormideros, concentrándose especialmente en los carrizales de las zonas húmedas.
Es curioso verlo volar pues lo hace cómo a sacudidas y desplegando todas las plumas de la cola con las rectrices casi todas blancas, de tal manera que si lo levantamos por sorpresa del suelo, dado su camuflaje con los pardos suelos, al momento lo reconoceremos por ese vuelo tan característicos y especialmente por su cola. Es sin duda de todos los Escribanos al que más tiempo le he dedicado, aunque no por ello tenga las mejores fotografías.
Al Escribano hortelano (E. hortulana) a diferencia del palustre (ave que puede considerarse aquí ya cómo invernante) es el único de los Escribanos que pisan suelo Patrio y que nos abandona para invernar en otros mundos. Todas las poblaciones son migradoras y además de larga distancia. Es por tanto un ave estival.
Su población, sin contar núcleos aislados o la población de Sierra Nevada, se restringe a la mitad Norte peninsular.
En Asturias, las zonas soleadas de las laderas alpinas bien orientadas son buen sitio para poder dedicarte a observar a este precioso Escribano, seguramente refugiado o perchado en algo así:
Especie propia de la montaña, en Asturias si quieres observarlo tienes que subir a los puertos de alta montaña, diría que hasta por encima del Escribano montesino, sin tener mucho aprecio por contra a las zonas llanas o costeras. Mismo caso ocurre con la población por ejemplo de Sierra Nevada, en dónde también se restringe a las zonas más elevadas.
Sin duda en su hábitat idóneo en la que exista un buen matorral de piorno, escoba, brezos, rosales silvestres o pequeños árboles, podemos ver a este "gran" escribano, el de color oliva y bigotera amarilla, cantando en una de sus habituales perchas. 
Eso sí, sin ser tampoco un ave nunca abundante o por lo menos en la actualidad, dado que la pérdida de hábitat y la terrible costumbre de cazarlos para comérselos hacen que su población se haya vista reducida considerablemente.
Ave a la que ya le he dedicado una entrada especifica en el blog para él sólo, para mí es sin duda es el componente de la familia más famoso y conocido. Quién más o quién menos en primavera- verano se ha parado alguna vez a intentar observarlo en la montaña.
El Escribano nival (Plectrophenax nivalis) es el de la familia "el deseado" por casi todos nosotros, si dejamos de lado las "rarezas" (o "mega-rarezas") comentadas al principio de la entrada, dado que su límite de invernada parece estar establecido aquí en el Norte.
Por llevarle la contraria a su pariente el E. hortelano, con el que no se habla por temas de herencia en la familia, el Nival solamente nos visita en invierno, dado que no se reproduce en la Península.
Todos los años en las costas recibimos algún ejemplar de esta bonita y apreciada especie, no es que sean muchos ejemplares pero si vienen de manera regular, aunque su número varía según el año. 
Ave procedente de la tundra, las montañas y las costas de Escandinavia o Siberia, como el resto de aves de allí cuando la cosa se pone cruda, se desplazan hacia el centro y oeste de la vieja Europa o hacía las Islas Británicas.
Si los Escribanos ya de por sí son aves que se identifican y se diferencian entre ellas bastante bien, con el nival no vamos a tener ninguna duda dado los restos de plumaje blanco sobre el color pardo-rojizo que presentará cuando arribe en nuestras costas en invierno. Incluso en vuelo en mitad de la amplia rasa costera, destacará por las plumas blancas de su cola. 
Los inmaduros o las hembras que llegan aquí tienen un plumaje menos blanco o más apagado, con un color marrón grisáceo. Ocupa zonas del litoral costero, playas, dunas, rasas o incluso roquedos. De manera excepcional lo podemos observar tambien en zonas interiores.
Escribano nival montaña
Un lugar habitual para buscar y observar a esta bonita ave es la zona del Cabo Peñas, en dónde este año tan flojo en cuanto a aves invernantes, al menos se han podido ver dos ejemplares juntos, tal vez una hembra junto con un macho aún no adulto.
Cuando he podido ir allá a observarlos solamente quedaba por la zona uno de ellos. Se ve que otros por allí han hecho bien su trabajo...
Y es que en una de nuestras visitas pudimos observar en directo una persecución de esta pequeña rapaz (también invernante) sobre el ejemplar de nival que quedaba por allá. En un momento de la persecución el Escribano decidió tomar la estrategia de volar hacía arriba todo lo que pudo hasta que incluso lo perdimos de vista por encima nuestro. Parece que la cosa le salió bien y la estrategia le funcionó.. (por el momento). 
He de reconocer que ,aunque es un ave normalmente con fama de mansa a la hora de fotografiar y observar, por el contrario este ejemplar en cuestión me dió que hacer bastante, dado que primeramente no era fácil detectarlo en el suelo de la rasa, por los caminos, matorral etc. 
Y una vez que lo localizaba en el suelo al verme iniciaba un largo vuelo de centenares de metros, e incluso salió volando hacia el propio acantilado.
Cuando pude observarlo bien, el ave hacía todo lo posible para no dejarse ver en campo abierto, o en mitad del camino o por las charcas que se han formado de manera temporal, sino que procuraba estar en estos espacios en las zonas ocultas de los bordes y siempre con un ojo puesto en el cielo.
Actualización 31/03/2015:
el-escribano-nival
El último que me queda es el Escribano Triguero (Miliaria calandra). 
El triguero que es cómo se le conoce realmente es de los Escribanos el que según mi apreciación ocupa los terrenos más abiertos y sin duda, el que tiene el canto más "machacón" de todos. Y es que al Triguero no se le busca, sino que se localiza mediante el oido.
Posado desde un cable, alambrada, poste o arbusto el trino de este ave es inconfudible y forma parte de nuestra memoria allá cuando llega la primavera y salimos al campo.
Es un ave que estéticamente es de plumaje discreto de tonos pardos, terrosos y listado, además dentro de la familia es el de los más voluminosos o robustos. Si no fuera por su cabeza característica de los emberícidos, podría pasarnos por otro tipo de especie, más bien similar a las Alondras por ejemplo.
Por lo que la bigotera blanca , con las listas superiores oscuras y sin duda: el pico caracteristico (aunque más grande que el de sus primos) sin duda nos hace encuadrarlo en el grupo.
A diferencia de las otras dos especies que acabamos de tratar, el triguero es un ave abundante y popular que ocupa los lugares óptimos de la especie en la Península. Quizás sea aquí en la Cornisa Cantábrica, algunos lugares de Galicia o zonas de los Pirineos dónde la especie se encuentra más fragmentada y parece huir de las zonas montañosas.
Según la zona en la que habite, la especie puede ser o residente o parcialmente migradora, aunque cuando migra no debe de irse muy lejos de sus lugares de reproducción (especialmente las aves centroeuropeas). La población hispana dice la guia que es residente en toda su distribución, si bien puedes moverse o agruparse en el invierno. 
Presenta una población estable en los censos, aunque desaparece o mengua en algunas zonas, parece que en otras regiones aumenta. El triguero es un ave característica de los medios abiertos y agrícolas de secano o incluso regadío, dehesas, pastizales etc siempre y cuando no haya mucho arbolado. Territorial en época de cría, lo normal es que veamos a los machos posados en una percha destacada, dado que las hembras son más tímidas y suelen estar refugiadas en la espesura del suelo, en dónde su color pardo lo hace casi indetectable.
Bueno amigos y amigas, de momento esto es todo por esta vez. Espero que os haya gustado la entrada de hoy y cómo siempre: gracias por las visitas y las palabras que dejas escritas.