31 de marzo de 2015

EL ESCRIBANO NIVAL. (Plectrophenax nivalis)

Pues sí compañeros/as:
Yo también fuí a ver al Escribano nival (Plectrophenax nivalis) que descansó unas semanas atrás en el área recreativa de Moniello, en las afueras de Luanco (Gozón). Y es que si hace unas semanas os hablaba aquí precisamente de la familia de los Escribanos: Los Escribanos y entre ellos de los esquivos y ariscos E. nivales que me habían tocado hasta el momento, posteriormente me he redimido (y de qué manera...) con este ejemplar concreto. 
Quiero comenzar hoy dándole las gracias públicamente a la buena voluntad y generosidad de José Antonio García Cañal, quién avisado por su amiga Charo, puso sobre aviso a los demás "parroquianos", pese al riesgo que corren este tipo de avisos públicos y las consiguientes "romerias" que le siguen. Aqui abajo su blog:
Nos visita un Escribano Nival
Cómo decía en aquella entrada anterior, el Nival es de todos los Escribanos que acuden regularmente aquí "el deseado", ya sea porque algún ejemplar siempre aparece por nuestras costas en escaso número durante el invierno, o quizás atraiga a los observadores por su procedencia geográfica, o a los reporteros gráficos les guste estéticamente por los colores níveos que presenta su plumaje.
El caso es que el bicho es un ave singular que le gusta a todo el mundo. Es un ave invernante que por tanto no se reproduce en la Península, sino que tendremos opciones de verlo solamente en invierno y fundamentalmente en el Norte peninsular. La tundra Siberiana o las costas y montañas de Escandinavia es su hábitat natural. Os lo digo por si os apetece coger un avión e ir a verlo...
Aquí suele ocupar zonas del litoral costero, rasas costeras, playas etc, y excepcionalmente en zonas interiores o roquedos. Me llama la atención verlo con frecuencia en los blogs españoles que visito en zonas humanizadas y bastante transitadas: áreas recreativas, parkings de playas etc. 
Por ejemplo recuerdo el ave confiada que apareció hace ya unos años casi en la terraza del bar que hay justo en el Cabo Peñas y cuyas plumas aparecieron al poco tiempo por allí (es lo malo de ser confiado y a la vez compartir espacio con diez gatos...). 
Por cierto un lugar habitual para esta especie es precisamente esta zona de la rasa costera del Cabo Peñas, en dónde se pudieron ver dos ejemplares este invierno pasado, aunque cómo digo, eran aves bastante esquivas y desconfiadas
Por lo que la observación y las consiguientes fotografías fueron a larga distancia. Yo sólamente logré fotografiar al último de ellos un ave de plumaje juvenil que hacía todo lo posible por no dejarse ver.
Así que con toda la ilusión del mundo nos fuímos a Moniello para poder ver y fotografiar decentemente a este nuevo ejemplar, sin prisa pero tampoco sin pausa, por el consiguiente miedo de llegar y que ya se hubiera marchado, ya que tenía toda la pinta de un ave que se hubiera detenido en su migración a "repostar" para continuar hacia el Norte su viaje de regreso.
Con toda seguridad este ejemplar en concreto ha invernado en otra zona diferente, puesto que quince días antes pasé por allí echando un ojo a la zona detenidamente buscando Bisbitas "raros" o fotografiando a los Colirrojo tizón (Phoenucurus ochruros) habituales del lugar entre otras cosas, y desde luego no había ningún pájaro blanco camuflado entre ellos. Además es una zona bastante transitada y por las características mansas del ave y su llamativo color, seguramente le llamaría la atención a cualquier "mortal" ajeno al mundo de la pluma.
Reconozco que mi llegada a primera hora de la mañana fue un tanto accidentada, dado que con total desconocimiento por mi parte y con el consiguiente sobresalto, al llegar al parking literalmente casi aparco encima del ave. Y es que yo contaba con ver al ave en el área recreativa y su verde pradera, y no entre los coches del mencionado aparcamiento.
El ave ciertamente ni se inmutó o hizo ademán de espantarse (y tengo testigos de ello) y es que sin bajarme del coche ya comprendí uno de los peligrosos hábitos de este bonito ejemplar: la de pulular entre los coches (aparcados y en movimiento) en la búqueda de alimento entre las plantas que crecen entre el hormigón del propio parking del área recreativa. Incluso en una ocasión que pasó un coche (ajeno a todo esto) nos llegamos a echar las manos a la cabeza (y seguro que alguno cerramos hasta los ojos) pues el ave se dedicaba a "recortar" a los coches.
Tras esta anécdota y el mal sabor de boca que tenía debido a este mal comienzo, pude disfrutar de mi primer Escribano nival manso, quizás cómo digo: excesivamente manso. Y es que las decenas de personas que pasaron por allí a verlo, fotografiarlo etc. durante esos días pudieron llevarse un buen recuerdo para casa, dado que el ave era cercana y posaba cómo un auténtico modelo, ajeno al revuelo de su alrededor.
Cómo "a quién madruga Nikon ayuda"  pude hacerle todas las fotos pertinentes con toda la tranquilidad del mundo, sin prisa, sin mucha gente alrededor y sin presionar al ave. Hubo un momento incluso en el que tumbado en el suelo a unos 10 metros del pájaro comenzó a acercarse a mi posición poco a poco, acabó literalmente pasándome a un lado mío y yo mientras inmóvil por miedo a espantarlo.
El "cascanueces" (aka Sigma APO 150-500) tiene una distancia mínima de enfoque de 220 centímetros, por lo que en muchas situaciones tuve que literalmente recular para atrás para ganar la suficiente distancia y lograr enfocar al ave.
Observándo al nival enseguida te das cuenta de que el propósito del mismo era buscar alimento de manera "intensiva", teniendo predilección por una serie de pequeñas flores (desconozco su nombre concreto) pero debían de ser sabrosas dado la frugalidad con las que las consumía incesantemente. 
Y es que no sé de dónde vendría el bicho pero hambre traía, o quizás seguramente estaría cogiendo las fuerzas necesarias para un largo viaje de vuelta a sus tierras norteñas.
Posteriormente cuando el resto de gente iba llegando con el mismo propósito yo dí casi por terminada "mi función", cediendo mi sitio para el disfrute de los demás y dedicándome a mi otra cualidad: la oratoria. Y es que un hecho así también hace que se reunan gentes con las mismas aficiones y que no siempre puedes ver en persona.
La fotografía te proporciona una serie de cosas pero a mi por lo menos me descentra de la propia observación detallada del ave, ya que con el ojo pegado al visor sinceramente estoy más pendiente de encuadres, distancias focales, balances e ISOS... Por lo que o antes o después de la fotografia disfruto sobremanera dejando la cámara colgada a un lado y centrándome en observar al bicho a ojo o con los prismáticos, con pausa y sin distraciones.
Aprovechamos esta situación para poder ver al detalle todas las particularidades que muchas veces aparecen en las guías y que luego a pie de campo con el ave delante no permite contrastarlas. Si bien antes ya había observado al ave es ahora cuando pude ver por ejemplo sus características fuertes patas negras, su peculiar pico con su curiosa forma cónica, su plumaje níveo en pecho, el pardo/rojizo de su dorso o los tarsos emplumados, que al estar húmedos al caminar por el "prao" mojado, destacaban más y le daban un aspecto singular. Incluso me parecieron graciosas sus "arrugas oculares".
Tarsos emplumados: 
Patas largas, fuertes y de color negro:
Plumaje en el pecho blanco níveo: 
Forma del pico con punta negra y "arrugas oculares":
Mientras miraba para el pájaro y para los fotógrafos inmersos en la tarea de retratarlo pensaba que gracias a este Escribano y su cercanía habremos aprendido mucho sobre la especie y que quizás en futuras observaciones de esta especie en otros lugares no haya tanta "presión humana" en la búsqueda de la foto y con ello podamos molestar al ave en su descanso, yo me incluyo. Por lo que pude saber posteriormente el ave continuó allí en los días posteriores y finalmente marchó.  

Hasta aquí la entrada de hoy, que paseís unas buenas vacaciones y gracias por las visitas y comentarios.

25 de marzo de 2015

EL PIQUITUERTO COMÚN. (Loxia curvirostra)

Hola amigos/as!!
Este raro invierno que acabamos de vivir he tenido un par de "objetivos pajariles" si es que se pueden llamar así, pues generalmente no suelo obsesionarme ni andar persiguiendo a una especie determinada con demasiada insistencia, aunque sería de cínicos negar que también tengo una lista de deseos, de aves pendientes por observar o por volver a disfrutar otra vez más. Una de ellas era el famoso Piquituerto (Loxia curvirostra).
Se puede decir que entre los escasos días de buena climatológica que hubo aquí, unido al poco tiempo libre que me ha dejado el trabajo lo he centrado en intentar observar a una especie que ,por los lugares en los que habitualmente vivo o a los que suelo acudir a observar aves habitualmente, no aparece y no había tenido la oportunidad de observar antes, ya que la primera cualidad que presenta el ave de la que voy a hablar hoy es que el Piquituerto se centra exclusivamente en un tipo muy especifico de hábitat: el pinar.
Dado que la superficie de este tipo de plantación no abunda en las zonas que piso habitualmente ,tanto en la parte oriental de Asturias como tampoco en Gijón en donde resido (zonas por otra parte invadidas sin control por la plaga de eucaliptos), ahora en cambio gustosamente me ha tocado moverse para las zonas más propicias para la especie: las grandes extensiones de pinos, lo cuál además me ha servido para cambiar un poco de sitio, de "patear" por otros concejos y finalmente: conocer nuevos espacios. Por lo que la experiecia ha sido muy positiva y enriquecedora, además de poder ver al páxaro.
Así que las fotos que os muestro hoy están sacadas en éstas últimas semanas, en cuatro espacios diferentes de Asturias: la zona de la Sierra de Pedroso (Concejo de Candamo), la Sierra de Curiscao (Concejo de Salas) o finalmente las más alejadas Sierra de Tineo o la de Boal (ya en el Occidente asturiano).
Estos espacios no están escogidos al azar sino que previamente he ido recopilando las citas más interesantes (o las últimas) sobre esta especie, para de esta manera ir descartando lugares en los que a pesar de que haya bastantes pinos y aparentemente parezcan propicias para el "páxaro", sin embargo en realidad no aparecen por allí. En estas visitas a estas sierras no todo ha sido gloria, ya que me tocó chupar mucho frío, mucho aire, agua y hasta una repentina nevada el otro día a 600 metros... Cosa que complicaba la observación de cualquier bicho.
Y es que además otra característica de esta singular ave es una especie de nomadismo o erratismo (que me perdonen los entendidos si no son las palabras más adecuadas) que le hace aparecer y desaparecer según la abundancia o no de su alimento predilecto:
Desde aquí doy las gracias especialmente a Jose Antonio Cañal, David ÁlvarezManuel Quintana o Xuan Cortés entre otros, cuyas citas tanto en el foro de la COA como en sus respectivos blogs me han resultado muy útiles en este sentido. Si me olvido de alguién: que me disculpe.
A pesar de que puede vivir tanto en pinares a nivel de mar como en la montaña me he centrado en las sierras y zonas interiores (nunca superando los 1.000 mt.) descartando (por el momento) los pinares cercanos a las costa occidental en dónde también está presente el ave e incluso puede que en mayor abundancia (o al menos: más fácil de observar) simplemente por el hecho de que en esta época las zonas de sierras interiores me podrían además reportar observaciones de otro tipo de aves, aparte de los propios Piquituertos, cómo así realmente ha sido...



Y es que pese a que el pinar no es que sea un vergel de vida, si nos dedicamos detenidamente a escrutar entre las ramas, los bichos van apareciendo.... 

Cómo decía al Piquituerto hay que salir a buscarlo a las plantaciones de pino, pues aunque puede consumir frutas, semillas (o incluso insectos) el gran grueso de su dieta la componen los piñones que extraen con suma facilidad gracias a la otra singularidad que presenta esta bonita ave forestal: su conocido robusto pico super especializado, el cual cruza una mandibula sobre la otra y por eso en Asturias se le denomina "tixera" y seguramente todos los nombres que recibe en los diferentes sitios hagan referencia a esta característica del pico. Es sin duda lo más destacable del ave y que la hace tan singular.
Leyendo y buscando información la idea que tengo es que en el pasado reciente no debía de ser un ave muy común aqui en Asturias como reproductora. Ya Alfredo Noval decía: "Nidificante muy raro y local, casi siempre después de una irrupción de aves norteñas"
Y en un artículo publicado en El Draque aparece una noticia del desaparecido periódico "La Voz de Asturias" del año 1930 en el que hablaba de "una plaga de unas aves desconocidas que atacaban las pomaradas" y que al parecer ni los lugareños conocían.
Sin embargo en éstos últimos años puede que la tendencia haya cambiado y ahora pase a ser una de las aves favorecidas por la extensión y la madurez de las plantaciones de los diferentes tipos de pino (Pinus pinaster,sylvestris o radiata) que tenemos por aquí sembraos. Pero esto también puede ser a la vez su propia condena, dado que al ser plantaciones en cualquier momento pueden venir los hombres rudos de las motosierras y "ventilarse" el hábitat, importándoles poco si allí habita o cría cualquier tipo de especie.Abajo foto de ejemplo de lo que queda de un pinar tras el paso de la motosierra, a la izquierda si os fijaís queda una parte de pinar maduro en el que habita el Piquituerto y que seguramente pronto pasará a ser historia...
Por si fuera poco recordemos que el hombre de campo también es aficionado al mechero y los incendios en pinares han sido bastante frecuentes, dado que lo cómodo es plantar y "darte el piro" hasta "x" años después para venir a cortar los árboles ya crecidos, por lo que los suelos suelen acumular bastante matorral, cañas y ramas secas etc. unido a la resina de la madera y a la pasividad general, lo convierte en un caldo de cultivo propicio para ser pasto del fuego.
Cambiando de tema, al contigente local (que no debe de ser muy amplío y sí variable) en invierno se le debe de sumar los efectivos de una población invernante que en ciertos años fríos o de escasez de alimento puede desplazarse desde el Norte de Europa hasta nuestros pinares. De tal modo que puede que la mayoría de los Piquituertos observados en esas fechas probablemente sean aves invernantes.
Dar con ellos en la inmensidad de un pinar, con árboles de hoja perenne que apenas dejan filtrar la luz y que hacen dificil la detección de cualquier ave entre sus impenetrables agujas, unido al caracter nómada y escaso del bicho (y mi desconocimiento del lugar) hicieron que al principio la labor no fuera muy fácil y que en algunas ocasiones me volviera de vacío para casa.Tampoco ayudó mucho la temporada de caza y de verme a veces incluso rodeado de disparos, perros y cazadores probablemente ebrios y extasiados de olor a pólvora.
Pero en el amanecer del día de Reyes observé por primera vez mi primer Piquituerto asturiano calentándose con los primeros rayos del sol, concretamente un solitario macho adulto posado en la punta de un pino. Mi primera impresión es la de ver un ave muy corpulenta para ser un fringílido, "cabezota" pero sin embargo con un ojo pequeño en relación a su cuerpo, en este caso al ser un macho tiene un bonito color naranja teja que relucía aún más con el sol invernal, pero el color aún apagado en su plumaje, visto de frente destaca por su peculiar pico y sus torcidas mandíbulas que lo hacen tan singular. 
La costumbre de posarse en las puntas o en las ramas externas de los árboles hicieron que en búsquedas posteriores me hiciera una idea de por dónde encontrarlos, pues sólamente en dos ocasiones tuve oportunidad de verlo posado en el suelo, por lo que no debe de prodigarse mucho por el piso.
No me parece que sea un ave huidiza, nerviosa o que esté siempre alerta, aunque la mayoría de las observaciones que obtuve hubo que descubrirlos entre la maraña habitual de agujas de las frondosas ramas, ya que tampoco es escandalosa en su trino y puede pasarnos desapercibida, sobretodo cuando se alimenta.
No parecen fieles a una zona concreta del pinar sino que se desplazan de un lado a otro continuamente, recorriendo amplias distancias en sus movimientos, por lo que el factor suerte aquí fue fundamental, dado que si el ave cambiaba por ejemplo de ladera o de mancha forestal, se me hacía muy dificil posteriormente volver a detectarlos en su nuevo emplazamiento. Cómo digo es un ave que se mueve mucho seguramente en la búsqueda de alimento.
Para extraer el alimento no dudan en adoptar posturas acrobáticas, lo cuál sorprende al principio viniendo de un ave de cierto porteA veces emiten un trino (o gorgojeo) casi inapreciable y que al menos a mi se me asemeja al del Camachuelo (apreciación personal) quizás no en su melodía, sino más bien "en las formas". De hecho muchas veces cerca de los Piquituertos en Tineo he encontrado Camachuelos en las inmediaciones.
Observando a la hembra se ve una clara diferencia respecto al macho en cuanto al colorido del plumaje, si bien por su tamaño o por su pico se me hace similar al macho, pero  en cambio el plumaje de la hembra es de un color más discreto con colores verdes y amarillos en diferentes tonalidades. Lo mismo ocurre con los juveniles, hasta los dos años de vida no alcanzan el plumaje de adultos.
He tenído la fortuna de poder observar tanto a ejemplares machos y hembras adultos incluso algún juvenil con colores mucho más apagados. Pensaba que por la época en la que me encontraba vería pequeños grupos de aves divagando por el pinar, sin embargo quizás por la exigua invernada en general de aves que hemos vivido este año, o por ser ya algo tarde para la especie (o que ya se hayan ido los invernantes) sólamente encontré un par de grupos, el mayor siempre de cuatro ejemplares.
En mi última visita ya he notado un cambio de comportamiento respecto al de meses atrás, dado que incluso encontré ya ejemplares emparejados, también algunos machos empiezan a mostrarse e incluso posarse en otro tipo de árboles diferentes al omnipresente pino, finalmente se les escucha trinar con más frecuencia. Pese a que es una especie que suele anidar generalmente muy pronto, yo por mi parte no he detectado esto aún e incluso supongo que muchas de las aves observadas sean invernantes que pronto se marcharán a criar a sus lugares de origen. No obstante la abundancia de alimento este año en los pinares visitados puede facilitar que algunas parejas crien aquí.
No queda muy claro el tema de la reproducción en Asturias, pues las pocas parejas que nidifican (se calcula sólamente unas 200 siendo generosos) o bien pasan desapercibidas entre los pinos o realmente no crían todos los años, o no se haya estudiado lo suficiente en este aspecto.
En el Norte de Europa parece ser un ave abundante, así cómo en los pinares del Este peninsular (zona del Mediterráneo o los Pirineos) o incluso Baleares; sin embargo aquí parece no contar con una población reproductora asentada ni muy numerosa. Dicho lo cual os dejo un par de enlaces de los compañeros que han tenido la suerte de poder ver esto aquí en Asturias:
Isocero
Pin
Ahora que comienza la primavera, que los días se alargan y ya ha comenzado el paso prenupcial no podré dedicarle exclusivamente todo mi tiempo libre, pero intentaré volver a observarlos pasados unos meses, con la idea de ver si puedo ver a los jóvenes Piquituertos nacidos próximamente.
Bueno mozos y mozas, espero que os haya gustado la breve entrada de hoy. Un saludo y gracias por las visitas y las palabras.