22 de diciembre de 2013

UN PASEO POR EL PARQUE....

Hola amigos/as!!
Hoy toca hablar un poco de lo cotidiano, de lo que se tiene cerca de casa y por ello muchas veces pasa desapercibido. Cuando hace un tiempo me trasladé a las afueras de Gijón ya tenía esta afición metida entre ceja y ceja y por ello, tras la mudanza, antes de situarme en la urbe y buscar por ejemplo dónde estaba el centro comercial más cercano e incluso el ambulatorio que me tocaba en el barrio, me dediqué lo primero a buscar en esta ciudad mi lugar de "esparcimiento", o como yo lo llamo: mi válvula de escape. 
El Parque de Isabel la Católica para mí en muchos sentidos es un ejemplo de parque urbano, envidia de otros parques de muchas de las ciudades españolas que he podido visitar. Evidentemente también tiene sus cosas negativas pero a "grosso modo" se puede decir que los que vivimos en Gijón somos unos privilegiados por tener este espacio público en una ciudad como ésta.
Hay días en los que las cargas laborales o familiares, la poca gana de moverte, las escasas horas de luz solar en estas fechas, o una mala climatología te hacen desistir de irte lejos de la ciudad; por lo que ir al Parque puede satisfacer esa necesidad de que "te de el aire en la cara", estirar las piernas fuera de la acera de hormigón, tener conversación con gente conocida del gremio, o combinar las dos aficiones, la observación de la natura y la fotografía de la misma en sus múltiples facetas, todo ello de una manera cómoda, cercana y para todos los públicos. 
El Parque además de contener una buena colección de aves domésticas o exóticas de colección en sus diferentes estanques o jalones, es también buen lugar para la invernada o el descanso de otras muchas aves salvajes, muchas de ellas escasas o que vienen de muy lejos, y que pasan desapercibidas para el gran público que acude al parque.
Algunas de estas aves domésticas han aparecido ya en este blog anteriormente como por ejemplo el Arrendajo ("Cuco" o "Fredo") que estuvo una buena temporada haciendo las delicias de todo el mundo.
He de reconocer que dediqué muchos madrugones para poder llegar al parque nada más amanecer sin que la gente y las molestias llegarán aún allí, en cierta manera así era la única forma de poder disfrutar de este precioso ave casi exclusivamente, y sin que nada nos molestara.
Otras de las aves fotografiadas en los momentos de rutina y tranquilidad son los vistosos patos exóticos o de especies que no podemos ver en libertad actualmente por Asturias:
No es que personalmente me causen gran euforia admirarlos, pero he de reconocer que estéticamente son preciosos y que además aquí se me brinda la posibilidad de observar aves de otros continentes, por lo que tienen su labor divulgativa.
A veces entre estas aves anilladas y alicortadas aparecen incluso gratas sorpresas, sin irme muy lejos en el tiempo, esta semana el amigo Tegui nos envió el historial de la Barnacla canadiense (Branta canadiensis) que lleva una buena temporada por el parque; pese a que porta una anilla metálica que dice que fue anillada en el sur de Gran Bretaña (Poole) cómo ave de primer invierno a finales del 2012, el bicho se comporta con toda docilidad, integrada en el grupo de patos, ocas y cisnes de la colección y por ello pasando desapercibido este detalle de la anilla para la gran mayoría de gente que la ve como otro pato más del parque.
Pero si ya es sorprendente tener en un parque urbano a una Barnacla canadiense anillada  en Gran Bretaña y que ha llegado aquí de forma natural, lo es más aún cuando además esta temporada pasada se ha emparejado con un Ánsar indio, dando cómo resultado de esta unión una especie de híbrido intermedio entre las dos especies. 
Asunto tratado en el blog de Iván:
unos-gansos-raros-de-narices-o-de-picos
Otra de las últimas sorpresas fue la de la aparición en el parque de un Ánsar piquicorto, (Anser brachyrhinchus) el cual lleva ya por aquí una temporada. Este juvenil, creo que considerado rareza a nivel del Reino español, apareció un buen domingo integrado en el bando de ocas del parque. 
Y por aquí sigue el animalillo tan tranquilo y dócil, a veces durmiendo otras pastando sin parar.
Esta es una de las grandes ventajas del parque, pese al recelo inicial de los animales ante la vista en el parque de tanto perro, bicicleta, coche y humanos en diferentes estados, las aves poco a poco se van acostumbrándose a esta presencia, imitando las costumbres de las aves residentes, por lo que aquí tienes el privilegio de poder observar y/o fotografiar a escasa distancia a las aves que ,en otros lugares, solamente puedes ver a través de un telescopio a largas distancias.
Ejemplo de ello además del piquicorto, es el caso del juvenil de Cerceta carretona (Anas querquedula) al igual que el primero, parece que le han pillado el gusto al parque y ambos tienen pinta de pasar el invierno entre nosotros. 
Pato pequeño que pasa desapercibido por los colores de su plumaje, sin embargo la oportunidad de observarlo a corta distancia y con buena luz que nos otorga el lugar, se puede ver una multitud de preciosos detalles en su plumaje.
Personalmente ya había observado a la Cerceta carretona en Asturias, tanto machos como hembras adultas, sin embargo nunca había visto a un juvenil de esta bonita especie y menos aún tan de cerca, pues este tipo de patos suelen ser muy recelosos y marcan muy bien las distancias.
Con fama de desconfiados, también están los Pato cuchara (Anas clypeata) personalmente es uno de los patos que más me gustan, por la forma de su pico tan especial y por los colores y reflejos de su plumaje.
Este año algunas voces dicen que la invernada es escasa en el parque, yo ya sabéis que no soy entendido en nada, además no sé como sería hace 15 o 30 años en el lugar y finalmente tampoco me dedico a apuntar las observaciones, pero mentalmente sé que este invierno es el que más Patos cuchara y más cerca he visto, superando la docena entre hembras, machos y un par de juveniles.
Siempre desconfiados de cualquier movimiento o quizás demasiado cercano, algunas veces te permiten poder fotografiarlos a corta distancia. Cómo veis un lujo que no se puede uno permitir por ejemplo en el resto de zonas de campeo, al menos en Asturias.
Terminando con los patos nos quedarían los Porrones, tanto el Porrón común (Aythya ferina) que hay siempre algún ejemplar por el estanque.
Este año también he podido fotografiar a placer a alguno de los ejemplares de Porrón moñudo (Aythya fuligula) que han pasado por el parque, si bien es cierto que en escaso número y dependiendo del momento.
Oscilando entre el parque y otras zonas húmedas o embalses cercanos también pululan por allí 3 machos de Pato colorado (Netta rufina) que ,según me cuentan, han nacido en el parque de una pareja de la colección y que al parecer no se debieron de anillar ni alicortar a tiempo.
No es que sea lo ideal tenerlos así, pero ya hecho el mal al menos sirven para disfrute personal y quizás para atraer a otros patos colorados salvajes en plan efecto llamada/señuelo.
Sinceramente cuando voy allá tampoco espero encontrarme por sorpresa a cientos de cercetas, rabudos, silbones o frisos repartidos por el estanque, pues no deben de ser aves que les guste el mínimo contacto con los humanos, o que paren en grandes números por nuestra región. 
Sin embargo, de cuando en cuando, algún despistadillo puede aparecer por allí:
Además los pocos que se dejan de ver aquí deben de utilizar el parque cómo parada y fonda y pasar solamente unas horas para reemprender de nuevo su viaje, por lo que la observación de estas aves depende mucho del momento, la persistencia o la simple suerte.
Cambiando de tipo de ave, por números otro de los habitantes habituales del parque es la Gaviota, ya sea la Gaviota patiamarilla, la sombría, algún juvenil de argentea que yo no logro distinguir o las archiconocidas Gaviotas reidoras o las más escasas Gaviota cabecinegra.
Las Gaviotas reidoras (Chroicocephalus ridibundus) por número y por ruido en el parque, se han acostumbrado a la fácil comida que les ofrece el lugar, a la tranquilidad y a sus aguas dulces. 
Estas fechas son un buen momento para ver las diferentes edades y plumajes, e incluso apuntar los números de sus anillas para saber un poco más de estas pequeñas gaviotas que antaño no debieron de ser tan abundantes por la región, de hecho en Llanes no observo ninguna, y que en algunos casos proceden de lugares lejanos y con curiosas observaciones. Este año por ejemplo ya tuve un encuentro en el parque con una polaca y una alemana bien guapas, sin que mi novia se haya puesto celosa...
;)
Más escasas son las Gaviota cabecinegra (Larus melanocephalus) son pocas las veces que se pueden ver de cerca al final de la invernada con su caperuza ya casi o completamente negra y no chocolate como la reidora y sus patas y pico casi rojos, quizás momentos o días antes de regresar a sus zonas de cría y con ello dejarnos hasta el año siguiente. 
Además de reidoras y cabecinegras, dentro del grupo de gaviotas pequeñas se encuentran la Gaviota Cana o la famosa Gaviota de Delaware, de éstas últimas siempre se dejan ver algunos ejemplares por la Bahía de Gijón y la desembocadura del río Piles, por lo que más tarde o temprano aparecen por el parque.
El año pasado creo recordar que a la vez coincidieron 3 ejemplares juveniles de diferentes edades, y este año (concretamente ayer) por fin he podido fotografiar decentemente a un ejemplar adulto.
Como veis el lugar además de comodidad y cercanía, es todo un taller de aprendizaje en la que poder observar de cerca a una misma especie en sus diferentes edades y plumajesTambién este año hemos podido disfrutar de una hermosa y gran Gaviota del Caspio (Larus cachinnans).
El hecho de contar dos estanques con islas en el centro, especialmente el estanque central,  supone que esas islas y su arbolado sea utilizado por las ardeidas y cormoranes.
Las Garcillas bueyeras (Bubulcus ibisacuden al atardecer volando en grupo, dan un par de vueltas al estanque y se posan siempre en la misma zona. Hay días que suman unos 40-50 ejemplares. Durante el día me imagino que irán a las afueras de la ciudad o a otros humedales en los que alimentarse, pues aquí nunca las he visto posarse en el suelo o tan siquiera bajar al estanque.
Junto con las Garcillas bueyeras también se encuentran sus otras dos parientas, en menor número las Garcetas comunes (Egretta garcetta) que llevan un par de años criando en las islas y además este año se pueden ver muy de cerca, en los bordes de los estanques siempre con su pico-arpón preparado para capturar cualquier pececillo.
Por último, también hay un par de ejemplares de Garza real (Ardea cinerea) más cauta y esquiva que sus parientes, pero que de vez en cuando puedes ver de cerca.
Recuerdo que también no hace mucho tiempo andaban por el parque un pequeño grupo de Morito común (Plegadis falcinellus) concretamente por la isla de dormidero, o incluso el ejemplar que se paseaba por delante tuyo tan tranquilo.
Otro de los "isleños" habituales en esta época es el perseguido Cormorán grande,
 (Phalacrocorax carbo)ave preciosa a la que se le ha cargado el pecado de comer peces y que recibimos a tiro limpio en nuestra Comunidad autónoma y su famoso lema de "Paraíso Natural". Todo sea por contentar a los pescadores y sus votos...
O a los cazadores:
denuncian-la-muerte-de-nueve-lobos-
O hasta de los "chigreros" del lugar...
asturias/osezna-molinera
Con historias así no me extraña que el propio pueblo asturiano no esté por la labor de la autodeterminación de nuestra región, porque darles más poder a esta gente que nos gobierna aquí...ufff 
En fin volviendo a los Cormoranes, normalmente podemos observarlos en el agua buceando en busca de comida, o bien posados en los árboles del centro de la isla. 
Pero a veces (con mal tiempo o madrugando) puedes encontrarlos solamente a unos pocos metros de la orilla de los estanques, posados en las piedras del borde o secando su plumaje.
El hecho de tener dos balsas de agua más o menos estancada, con alimento y con algo de vegetación cercana hace que sea lugar predilecto para al menos 3 Martín pescador (Alcedo actis)Éstos siempre escogen los mismos posaderos y se pasan el día reclamando y persiguiendo los unos a los otros. 
Vistos aquí, desde la comodidad del banco o apoyado en la barandilla de madera, uno se entreteniene observando a estas "balas azules" de un lado para otro, con sus incisivos reclamos o a veces lanzándose en picado en la búsqueda de pequeños pececillos.
Es curioso como al anochecer, cuando ya se encienden las farolas y apenas el ojo humano ya ve, siguen lanzándose al agua y capturando peces con gran eficacia.
Junto con todas estas especies conviven los comunes y mundanos Ánade real o azulón (Anas platyhynchos), las  ruidosas y agresivas Focha común (Fulica atra) o la Gallineta común (Gallinula chloropus).
El hecho de tener esta masa de agua también permite la existencia de unos cuantos Mosquiteros comunes (Phylloscopus collybita) que posándose en las ramas más cercanas al agua, vuelan con ese efecto boomerang, incansables y cercanos, capturando pequeños insectos y sus larvas.
Dado la variedad de árboles y arbustos, la abundancia de comida, la seguridad y muchos más factores que se me escapan, es frecuente encontrarte a los archiconocidos Gorriones, Carbones y Herrerillos comunes, algunos Carboneros garrapinos  etc. Pequeñas y comunes aves que se han acostumbrado al contacto humano y literalmente se acercan a ti para ver si les cae algo.
Unido a los populares Zorzales o Mirlos comunes siempre desconfiados por el suelo, dando vuelta a las hojas en la búsqueda de alimento entre el tierno y cuidado césped. 
Otros pajarillos que he podido observar no hace mucho son los bandos de los vistosos Mito (Aegithalos caudatus) o los coloridos y diminutos Reyezuelo listado (Regulus ignicapilla) ponen a prueba el enfoque y las vértebras de todo fotógrafo. 
Estos pequeños bandos divagantes son un regalo para los cortos días de Otoño en los que no tienes mucho que hacer.
Y es que la abundancia y variedad de arbolado, la abundancia de comida unido a la presencia de agua, siempre es un buen reclamo para las aves, como por ejemplo la pareja de Pito real (Picus viridis) que se mueve por los grandes árboles sigilosamente y que solamente captan nuestra atención y delatan su presencia al relinchar.
O incluso la pareja de Halcones peregrino que también se mueven por allí y que omitiré más detalles, por lo delicado de la especie.
Al anochecer también es momento de ver otro espectáculo digno de observar que no es otro que ver la entrada de Estorninos por miles a los árboles más grandes del parque.
Cuando llega el oscurecer las nubes se vuelven de repente negras y se mueven al mismo tiempo en el que comienzan a dialogar. 
No tengo ni idea ni de dónde vienen, ni cuando se irán, pero verlos volar tan sincronizadamente intentando escapar de las garras del Halcón peregrino produce hasta vértigo.
Es una pena que en las ciudades todo animal diferente a nuestra especie nos moleste: palomas, gorriones, estorninos, gaviotas... Digo esto porque el ayuntamiento tiene contratado a dos señores que portando una especie de altavoz y una carraca (de las de toda la vida) se dedican a espantar a los Estorninos (a ellos y a otras aves evidentemente) a cada nuevo anochecer.  Es un poco surrealista estar observando aves en un parque en dónde los pájaros no molestan a nadie y que de repente vengan estos señores a espantarlo todo, Estorninos, aves residentes, invernantes y rarezas (y que encima cobren de mis impuestos...).
Además la única evidencia que queda al echarlos de un parque en el que por la noche queda vacío, nadie duerme cerca y no transita ni gente ni coches, es que echándolos acabas de conseguir que cientos de miles de estorninos se vayan a dormir a otras zonas de la ciudad en las que probablemente sí puedan ocasionar molestias/daños a los vecinos. En mi ciudad, son así de listos (los políticos).
Dejando los inconvenientes a un lado, chamo vais viendo tener este espacio público a 10 minutos de casa es todo un privilegio; otro de los bichos que pululan por allí y que hacen las delicias de la gente (adultos, niños...) son las Ardillas.
Y es que cuando a la gente les hablas de por ejemplo: ratas ponen mala cara al instante, pero cuando ven a una de estas "ratas con cola larga" pidiendo comida, en cambio se les cae la baba... Y es que además este año la población "ardillil" parece haber aumentado en el parque, hasta que el Gavilán ponga las cosas en su sitio... Por el momento, en estos días se afanan en buscar comida debajo de las hojas caídas y formar despensas, ajenas al barullo de niños y ancianos.
En cambio, Cornejas, urracas y hasta una pareja de Cuervo, son los malos de la película en muchas ocasiones, especialmente cuando es la época de cría y comienzan a desaparecer las crías de muchas de las aves aquí reflejadas.
Además, la abundancia de comida en el parque hace que alguno tenga que poner cartas en el asunto y limitar las especies de forma natural o eliminar a los individuos débiles, muertos o enfermos.
La Tórtola turca (Streptopelia desacoto) también tiene buenos números en el parque, pues dado que hay grano en abundante para las aves domésticas, éstas se aprovechan de la situación.

Y ya que nos ponemos a hablar de palomas, me queda hablar de la mayor paloma que tenemos en Iberia, la Paloma Torcaz (Columba palumbus) ave que en las ciudades se muestra relativamente mansa y cercana en zonas ajardinadas y parques pero, en cambio en el pueblo o en un bosque es tremendamente asustadiza y esquiva.

Seguro que me quedarán muchas aves de las que hablar que viven en el parque, esto es solamente una pequeña muestra de lo que podemos encontrar a cuatro pasos de la pantalla de este ordenador.
Finalmente abajo os dejo a la gran protagonista de estos últimos meses en el Parque, os la presento oculta pues se merece una buena y "breve" entrada en el blog próximamente...
;)
Un saludo y muchas gracias por vuestras lecturas y comentarios!!