30 de enero de 2013

AVES DESDE MI VENTANA

Hola gentes amantes de la natura!!


Hoy la entrada es un tanto peculiar, viene relacionada con esos momentos que seguramente todos hemos vivido alguna vez, porque... ¿Qué hacemos cuando ,por diversos motivos y circunstancias, no podemos salir de casa a "pajarear" como se suele decir?.
Creo que todos ansiamos salir, ir a un lado y otro en busca de especies raras, animales varios, o simplemente por salir a tomar el aire y olvidar los problemas que nos acucian,  con la disculpa de "tirar" unas fotos en tal sitio o lugar y quitar el "mono" que vamos acumulando... pero ¿Y si no se da el caso?.
En mi caso particular, varios son los motivos que me hacen no poder salir cuando yo quisiera, que hacen que me tire un par de días encerrado en casa, o salir solamente para tirar la basura... jejeje.
Normalmente el denominado mal tiempo meteorológico no es motivo para quedarme bajo techo, incluso esta mala meteorología es un aliciente para nosotros, pues un frente frío suele asociarse a la llegada de ciertas especies a nuestros territorios, o en la montaña una mala climatología hace que las especies que allí viven se asocien, o bajen a menor altitud buscando condiciones más benignas, o quizás muestren actitudes menos esquivas ante la presencia humana. Por lo que es una buena oportunidad.
A diferencia de muchos de vosotros, las cargas familiares (por el momento) tampoco me impiden salir por la puerta de casa, pero en cambio sí lo hacen por ejemplo los tradicionales exámenes de la universidad (febrero, junio o septiembre) que hacen que me pase un par de semanas literalmente enclaustrado, o en cierta manera la crisis económica que mejor o peor a todos nos afecta y que influye a la hora de desplazarse a un lugar u otro, o una rodilla que da guerra y que esta a la espera de saber si pasa por el cuchillo o no...
Sea cómo fuere, existen "x" motivos, cada uno diferente y particular de cada uno, que hacen que a veces nos quedemos en casa más horas de las que desearíamos.
Cómo se suele decir: no hay mal que por bien no venga, por lo que es buen momento para leer guías de aves (que buena falta me hace...), buscar información por la red sobre alguna especie concreta, una posible ruta de montaña por hacer, realizar las cajas- nido con permiso de mi santa, revisar los discos duros con las fotos de las salidas, incluso desmenuzar egagrópilas guardadas, o por ejemplo escribir estas entradas. 
El vivir casi a las afuera de la ciudad y en un quinto piso me da la ventaja de poder observar privilegiadamente todo bicho en movimiento que me encuentre por alrededor. 
No vayáis a pensar que me paso el día apostado en la ventana prismáticos en mano, pero si es verdad que de vez en cuando, interrumpo la tarea que esté haciendo en ese momento para echar un ojo por la ventana.
Varios son las vistas que tengo desde mi atalaya, por un lado las ventanas que dan al norte, lo que en Gijón se traduce: al marY también desde aquí arriba veo el jardín que existe entre las diversas fases de los edificios construidos.
También es buen sitio para ver otro tipos de escenas, cómo el famoso festival aéreo de Gijón:
O los fuegos de las fiestas de Begoña:
Siguiendo con lo que nos ocupa, al otro lado observo para mí la parte más interesante, la parte que da a los primeros (o últimos, según se mire) prados y verde natural de la ciudad.
Esta parte es para mi un "auténtico vergel", no por la cantidad o rareza de las aves que se pueden ver desde allí, sino porque puedo avistarlas sin moverme. Al fondo sobresale el Pico El Sol (452 metros) que tiene un bonito mirador en su cima.
Hasta hace unos meses había un antiguo chalet abandonado en la finca más próxima al edificio, se ve que sus antiguos moradores lo vendieron a una inmobiliaria y se fueron, mientras ésta especulaba con el terreno fue "okupado" por unos yonkis y calculo que ,para evitar futuros conflictos con sus nuevos moradores, sus nuevos dueños especuladores decidieron derribarlo sin más chiquitas, con lo que ahora limpia la finca quedaron a la vista un par de buenos árboles de buen porte, que sirven de posadero para las diversas aves que pululan por las fincas aledañas.
Os pongo un ejemplo abajo (espero que podáis ver el Cernícalo posado en la punta del árbol)
En la foto de abajo: Nico, mi fiel compañero y avisador de "observaciones caseras". 
Cuando un ave osa pasar volando entre los edificios o cerca de las ventanas, Nico cómo buen felino, maulla y sale corriendo a la ventana más próxima.
Pero cómo todo lo que nos genera interés e ilusión también tiene una amenaza o peligro que hace que ciertamente no sepas si mañana te levantarás, subiras la persiana cómo siempre y verás que todo esto ha desaparecido; y este lugar no iba a ser una excepción y la horrible valla me lo recuerda a diario mientras caliento el café...
Ya sabéis: "una pequeña ciudad creada SOLO para ti"(exclusividad patética), con piscina, paddle (¿los pijos ya no juegan al tenis?) y zonas verdes (más verde que esta ahora lo dudo...). De momento parece que la crisis económica por una vez me ayuda en este sentido.
Además de estos dos espacios diferentes que os acabo de mostrar desde dos ventanas diferentes, el edificio de enfrente tiene un fabulosa antena que, a falta de más árboles, sirve de percha o posadero para varias especies de aves que deciden aventurarse en el frío hormigón de la ciudad. 
Una de ellas, la que tiene casi el monopolio del posadero, es el Estornino, ya sea todo el año en su versión de Estornino negro, o en cierta manera en ésta época concreta desplazado por las decenas de Estorninos pintos.
Por la primavera-verano es el turno es de los E. negros y sus jóvenes e inquietos pollos:
Y por el Otoño-Invierno casi todos los E. negros desaparecen y dejan el lugar a los E. pintos.
Dije intencionadamente que casi todos, pues este año se ha quedado en la antena un ejemplar de E. negro, a éste le tengo un especial cariño pues siempre se presenta sólo en la antena y a la misma hora, por lo que ya es para mi una rutina escuchar sus chillidos desde casa, o ir a verlo a la ventana a la hora del atardecer.
Puedo confesar que tengo una foto de él casi todos los días del año. Sin embargo en esta época parece intimidado por los primos, los numerosos E. pintos, los cuales aparecen por la antena unos minutos más tarde que mi amigo "el negro", que nada más ver que vienen los parientes, generalmente pone pies en polvorosa y desaparece, eso sí solamente hasta el día siguiente, a la misma hora.
Es curioso cómo al verlos en grupos de cientos y miles por los prados y jardines alrededor de las ciudades, puede parecer que entre ellos reina la anarquía, el desorden y el caos; pero observándolos día a día detalladamente, uno se da cuenta de que es un ave inteligente, de hábitos puntuales y diría que hasta con mucha curiosidad.
De los cientos de E. pintos que pululan por los alrededores, son siempre tres ejemplares diferentes los que aparecen a la misma hora para ,cómo ya he dicho, desplazar al solitario E. negro
Cómo veis siempre les cae alguna foto. Además parece que existe una cierta jerarquía entre ellos a la hora de escoger los mejores sitios de la antena, pero las peleas suelen resolverse en cuestión de segundos y sin más traumas. Finalmente uno de ellos tiene la manía (o digamos la curiosidad) de meter la cabeza dentro del tubo que soporta la famosa antena.
No en vano, todas las decenas de chimeneas de los diferentes tejados, están cerradas con malla de plástico para que no se cuelen dentro las aves.
Los estorninos no pierden el tiempo y antes de irse al dormidero se mueven en pequeños grupos tanto por los jardines de entre los edificios cómo por los prados del exterior de la ciudad, utilizando su fuerte pico para palmo a palmo "limpiar" el suelo de cualquier insecto, gusano etc.
El resto del bando de bulliciosos estorninos se dedican a aprovechar los últimos momentos de claridad del día más alejados de la urbe, en los vecinos prados. 
Allí se asocian a las dos vacas, más la yegua y su potro que habitan el lugar, los cuales por supuesto cada uno tienen ya su nombre y su seguimiento por parte de la moza y mía.
No solamente los estorninos se aprovechan de la convivencia con el ganado, pues también las Urracas pasan por aquí en grupo, incluso se suben encima para desparasitar las reses, o simplemente aparecen para posarse en la famosa antena "estorniniana"
Otras veces durante los temporales que han venido días pasados, aparecen grupos de Palomas Torcaces, adoptando la misma postura y posición para mantenerse a resguardo del aire y del agua. En estas fechas se suelen mover aún en grupos más amplios, llegando a contar aquí unas 20 palomas.
Durante el día ,a poco que afinemos la vista, seguro que aparecerá alguna alimentándose siempre en el suelo, o posadas en los matorrales que delimitan las diferentes propiedades. Este grupo se nota que viene de la zona rural de la urbe, pues (al igual que las que observo en el pueblo) se mantienen desconfiadas y a distancia de cualquier presencia humana. 
Sin embargo choca con el comportamiento manso de otras torcaces que observo por aquí, ya habituadas a los parques y jardines de las ciudades.
Si cambiamos de ventana, vemos en la calle entre los árboles, aceras y jardines a los "reyes del mambo" del lugar, las casi dos docenas de Gorriones comunes, que por ser comunes quizás nos pasan desapercibidos y que forman auténticos comandos de guerrilla urbana.
Bueno no a todos pasan desapercibidos, pues el vecino de enfrente todas las mañanas los alimenta a base de arroz y pan, de tal manera que los Gorriones (los más listos de la ciudad) ya han adquirido el hábito de que simplemente al ver moverse la cortina o subir la persiana del señor (haya o no arroz de por medio en ese momento) vuelan al instante al lado de la ventana.
Esperando la comida:
Aparte de los Gorriones, las otras aves que dominan el barrio y por ende: la ciudad, son las tradicionales Palomas domésticas, a las que algunos llaman "ratas con alas", olvidándose de dónde iría su mierda si no hubiera una cisterna de la que tirar... 
Desde aquí también es buen observatorio para ver cómo los pollos salen adelante, o son cebados por los adultos.
Yo a diferencia de lo que he leído últimamente, no he notado que el número de Gorriones haya bajado alarmantemente ni aquí ni en el pueblo, en cambio lo que sí es cierto es que el número de palomas ha bajado considerablemente.
No sé si es porque la gente hace arroz con ellas, o por las políticas que llevan a cabo los ayuntamientos de cazarlas, esterilizarlas etc. o por alguna enfermedad, pero el caso es que aquí actualmente no creo que lleguen a la veintena.
Otras aves que encontramos aquí son las Gaviotas patiamarillas que vienen en busca de descanso, alimento en los jardines recién segados o desperdicios, o el calor de las chimeneas en las que se tumban especialmente los días desapacibles... pues también son aves inteligentes que se han adaptado perfectamente a la urbe, acomodándose a los tejados cómo si fueran los acantilados marinos en los que deberían de estar.
En estos mismos tejados, por el momento no he visto nido alguno de ellas, pero en el anterior piso teníamos una pareja anidando en el tejado de enfrente que hacía nuestras delicias, hasta que una aciaga tarde apareció un señor por el tejado (contratado por el Ayuntamiento) y se llevó a los pollos dentro de una bolsa negra... Fin de la historia.
Aunque a estas gaviotas aún no las he visto desarrollar el hábito de cazar palomas, e incluso éstas comparten pacíficamente tejado con ellas, sí que he visto una cosa más curiosa, ha sido la de estar fregando los platos y ver llegar al tejado de enfrente a una Gaviota con un Vencejo en el pico y comérselo tranquilamente.
Pienso que lo más seguro es que encontrara al vencejo muerto en el suelo, fruto de una enfermedad, o caído del nido.
Se dice que los vencejos pasan tanto tiempo en el aire que cuando tocan tierra les cuesta mucho alzar vuelo de nuevo, de hecho lo de Apus viene del griego "sin patas", pues éstas están casi atrofiadas.  
Así que también otra teoría del caso de la gaviota "zampadora de vencejos", es la de un adulto de vencejo que ,por diferentes motivos, tomara tierra y este momento de debilidad fuera aprovechado por la oportunista gaviota.
Cómo os digo, en su época, también estuvo por aquí un pequeño grupo de 6-8 Vencejos comunes y viendo su manejo del aire, dudo mucho que pudiera matarlo en vuelo.

Por el suelo del jardin pululan otra serie de aves más comunes y mundanas, pero no por ello dejan de ser eso: aves. Suelen pasar desapercibidas y ser invisibles a los paseantes, habitantes, barrenderos y gentes varias que circulan por el barrio.
Son los mirlos y zorzales comunes que van y vienen por el suelo, siempre astutos y desconfiados, evitando el hormigón y sobretodo ser vistos, moviéndose de sombra en sombra, de hortensias a seto etc. En esta época se dedican a buscar los últimos frutos de espineras y demás, o a rebuscar entre las últimas hojas del suelo cualquier cosa que les sirva de alimento.
Al otro lado del jardín nos encontramos a las simpáticas Lavanderas blancas, a diferencia de los anteriores, a estas parece que les gusta más la baldosa y el asfalto, así que observo hasta tres ejemplares diferentes por las aceras, pasos de cebra y hasta por la misma carretera esquivando coches y motos.
Suelen aprovechar el momento en el que los jardineros terminan de segar los innumerables jardines que rodean a los edificios.
Con permiso de los Mirlos y Zorzales, hace sus incursiones en los jardines recién segados o por sus orillas, a la búsqueda incesante de alimento o no pierde oportunidad de andar por su hábitat más habitual: los tejados. Malos tiempos para las aves.
Entre ellas apareció (solamente unos días) una bonita Lavandera enlutada (yarrellii, o de las Islas Británicas). Este año parece haber sido un buen año para observarlas por aquí.
También contamos este invierno con un ejemplar de Colirrojo tizón, concretamente un precioso macho, este es más oído que visto, pues es de los pocos que en estas fechas rompe con el silencio "pajaruno" desde cualquier tejado.
Es curioso ver cómo esta confiada y bonita ave se ha adaptado perfectamente a los parques y ciudades, sustituyendo su tradicional hábitat de sitios rocosos y también incluso de montaña, por ahora los edificios de ladrillo y hormigón.
El caso es que desde la cama lo escucho cantar por las noches. Debe ser que no está  acostumbrada a nuestra espléndida contaminación lumínica urbana la que hace trastornar a la pobre ave, pensando que la luz de la farola de la calle anuncia con prontitud un nuevo día.
Mientras escucho cantar al Colirrojo "alterado", a lo lejos en el suelo del prado se observan pequeños bandos de Bisbitas comunes (Anthus pratensis) que pronto volverán a sus lugares de origen.  Desde aquí no se ven muy bien ni a detalle, pero su característico trino y manera de moverse por el suelo les delata, unido a su vuelo "a lo bisbita".
Otros que junto a los Bisbitas no se acercan a los jardines de la urbe y se mantienen a distancia a lo lejos en el prado son los Zorzales Alirrojos, hasta 3 diferentes he podido ver en las frías mañanas.
Volviendo al Colirrojo, el amigo tizón tiene una fuerte competencia este invierno con el omnipresente Petirrojo europeo (¿verdad que no podía faltar?), hay un ejemplar bastante territorial y "cañero" calle abajo.
Otras aves que se ven de vez en cuando son los Jilgueros y Verderones, los primeros suelen verse más a menudo, anidando incluso en alguno de los árboles plantados en las aceras; los segundos suelen aparecer más bien por la primavera o en breves incursiones campo-ciudad, siempre buscando las ramas de los árboles plantados en los jardines.
Por el contrario, en esta época también observé en los árboles algunos grupos pequeños de páridos como los Carboneros y Herrerillos, o incluso los simpáticos y ruidosos MitosPienso que esto, especialmente con los Mitos, se debe a la climatología adversa, pues cuando afuera las pasan putas saben que cerca de las ciudades pueden obtener alguna ventaja más que en su hábitat natural.
Otros que se dejan ver es la pareja de Cernícalos vulgares, suelen dar un par de pasadas a los prados, cerniéndose sobre ellos o usando los matorrales de linderos cómo perchas.
Los he pillado esta primavera pasada "a lo suyo" en uno de los grandes árboles de la finca del antiguo chalet, pero por el momento desconozco la zona en la que anidan.
También dan pasadas entre los edificios, por ejemplo ahora mientras escribo el texto acaba de pasar uno, a falta de posaderos más naturales los encuentro en las chimeneas de los nuevos edificios, pero cómo buena rapaz siempre manteniendo las distancias con los humanos...
Cómo alguno ya se imaginará, tanto mirar para el tejado hace que tenga a la vecindad diría que un tanto "puteada" al verme con los prismáticos, o con la cámara por la ventana, me imagino que pensando en que tengo oscuras y sucias intenciones al verme de esa guisa, o también hace que a veces sin poder evitarlo me encuentre otro tipo de situaciones más comprometidas (ya me entendéis) o de otros "pajarracos" diferentes andando por el tejado...
Siguiendo con los alados, otra de las aves rapaces es (cómo no) el Ratonero, normalmente es una pareja la que se establece por los cercanos prados, nunca adentrándose en la ciudad, pero en estas fechas solamente observo a un solo ejemplar esperando siempre una oportunidad.
No hay confusión con otro ejemplar pues (cuando se deja ver de cerca) me he fijado que presenta algunas plumas blancas en la nuca, tipo leucismo parcial.
Cómo es natural suele ser bastante desconfiada y cuando aparece por aquí suele montar revuelo y miedo entre el resto de aves, que en esos momentos andan también alimentándose por los prados. 
Entre los cierres de prados, hay una gran variedad de arbustos, pequeños árboles, matorral, zarzas y vegetación variada, por lo que también es lugar de aparición de otras aves que no se acercan a la ciudad, cómo por ejemplo el Chochín, o la Curruca capirotada.
Cómo veis ,a lo tonto y sin ninguna intención, me salen unas cuantas especies diferentes  desde la ventana, sin moverme de casa: Mirlo y Zorzal común y alirrojo, Lavandera blanca, Petirrojo europeo, Colirrojo Tizón, Jilguero, Verderón, Gorrión y Bisbita común, Paloma doméstica, Paloma torcaz, Estornino negro y pinto, Busardo ratonero, Cernícalo común, Carbonero y Herrerillo común, Mito, Curruca capirotada, Chochín... Y fijo que se me olvida alguna especie más, pues hasta he visto a un grupo de Cigüeñas blancas volando en plena migración.
Bien es cierto que de estas veintipico especies (sin forzar ni llevar una cuenta) ninguna son observaciones espectaculares (ni lo pretendo) sino más bien mundanas, de aquello que nos rodea a diario y que a veces, por tenerlas al lado y ser tan comunes, nos pasan desapercibidas, o simplemente ya "pasamos" de ellas y nos centramos en cosas raras.
Muchas veces hacemos kilómetros y kilómetros en la búsqueda de aves raras o escasas, o completamos listas de observaciones para nuestra gloria etc. cosa que ojo, no esta nada mal, al contrario, pero tampoco pienso que podemos dejar de lado a todas estas aves corrientes.
No dispongo de mucho más tiempo y espero actualizar con más frecuencia a partir de la segunda semana de febrero, cuando tengo más tiempo. 
Cómo veis las fotos tampoco son gran cosa pero espero que al menos sirvan de muestra de lo que se puede observar desde casa.
Finalmente os dejo unos vídeos tradicionales de la casa:
- Vídeo del Cernícalo común:
- Vídeo del Estornino negro desde la ventana de la cocina:
- Finalmente el vídeo del Ratonero común:

Un saludo y gracias por las visitas y comentarios