22 de julio de 2014

LOS HALCONES Y ESPARTA

Hola amigos/as!!

Los nidos de Halcón peregrino ya han quedando vacíos de nuevo, atrás han quedado semanas de constante actividad y ruido en los acantilados tanto de las montañas como de nuestras costas, ya se han terminado las idas y venidas constantes durante la primavera de los adultos al nido, la hembra echada durante días incubando en silencio, los huevos han dado paso a los pollos emplumados del níveo blanco y éstos a su vez se han convertido ,en tan sólo unas pocas semanas, en unos preciosos y pardos juveniles halcones, siendo constantemente vigilados y alimentados por sus entregados padres.
Normalmente, pese a todo este esfuerzo y dedicación, no todos los huevos de la puesta llegan a eclosionar, de los pollos que logran nacer siempre quedará alguno por el camino (por otro lado algo habitual en aves de presa) y los restantes, pasarán las semanas en el nido peleando por la comida entre sus hermanos y acechados por otros peligros propios de la naturaleza. Finalmente ya emplumados de pardo tendrán que abandonar el nido con un primer vuelo un tanto accidentado, pues evidentemente lanzarse por primera vez desde las alturas desde un acantilado ,y sin antes haber volado nunca, no suele tener un fín nada halagüeño...
Después de esta dura criba y de lograr salir del nido exitosamente, no penseís por verlo volar que el joven halcón ya superado todas las dificultades del mundo y que ahora simplemente le quede por perfeccionar su característico vuelo, aprender a cazar, esquivar peligros etc.  Equivocados estareís, pues al cabo del primer año de vida de la joven veloz rapaz, solamente 3 de cada 10 halcones lograrán sobrevivir a ese primer año, el resto irán desapareciendo por diferentes causas y motivos varios.  
Esta terrible selección natural a la que se ven sometidos hace que ,al igual que en Esparta, solamente los sanos y los más fuertes sobrevivan, el resto: los más débiles, raquíticos (o los que no han tenido fortuna) son descartados uno a uno durante todas estas pruebas a los que se ven sometidos, y finalmente serán arrojados al barranco de "Apóthetas".
Observando estos últimos años estas diferentes etapas de mi especie favorita, comprendo que la vida del Halcón peregrino ciertamente es similar a la de un espartano de la Antigüedad clásica, a pesar de la fama y de las películas, la infancia del niño espartano transcurre feliz para ambos sexos, que viven medio asalvajaos en pelotas haciendo prácticamente lo que les viene en gana, al igual que las primeras semanas de vida de los pollos de halcón. Básicamente transcurren comiendo rica y fresca carne de paloma sin moverse del sitio, cagar y dormir acurrucado entre el plumón suave y caliente de tus hermanos (o bajo el protector ala de tus padres) todo ello bajo el resguardo de la seguridad del nido y siempre bajo la atenta mirada vigilante de uno de los adultos de la pareja.
Los padres de unos y otros ciertamente no se prodigan en cariños y mimos, pues son conscientes de que pronto ellos mismos serán los encargados de echarlos primero de casa y de seguido de su territorio, tras unas semanas de aprendizaje junto a ellos. Además tampoco conviene que el paladar de niño y halcón se vuelvan "delicado" y el estómago grande, dándoles de comer "lo que hubiera" en ese momento y siempre en la cantidad justa, cuando la palabra justa en este sentido no quiere decir adecuada, sino escasa.
Los jóvenes halcones a las semanas de aprender a volar y los espartanos a los siete años de edad son repentinamente separados de su compañeros de infancia, se entregarán a la naturaleza y al Estado respectivamente, e iniciarán un solitario y duro camino de aprendizaje basado en la pelea entre sus semejantes cómo forma de entrenamiento, el hambre cómo mejor acicate para el aprendizaje y finalmente la guerra o la caza como simple supervivencia diaria.
Una vez perdido el blanco plumón y ya con el plumaje pardo deberán de esmerarse diariamente en cuidar cada una de sus plumas, pues gracias a ellas podrán volar más rápido que ninguna otra especie y por tanto podrán alimentarse. Al joven espartano solamente cumplidos los doce años se le daba su primer "himatión", una especie de manto de una sola pieza que deberá de cuidar como el peregrino sus plumas, pues será su única protección frente a la adversa climatología.
Me gusta ver a los halcones cerca del nido pero ya fuera de él, cuando aún no han sido expulsados del territorio, "engarrándose" entre ellos en el aire cuando ya ni tan siquiera las astutas gaviotas (o incluso otras rapaces) los soportan en su juegos, persecuciones y entrenamientos. No debe de ser muy de buen gusto sentirte perseguido por uno de éstos, por muy jóven o por mucho que se esté entrenando en perseguir cualquier objeto móvil en el aire.
Los jóvenes espartanos se entretenían durante su juventud básicamente robando y quitándose comida para comer, si bien cuando eran pillados eran castigados no por el robo en sí, sino por ser torpemente descubiertos en ellos, podían también pasar las horas matando leones a cuchillo como mero entretenimiento, o al menos hacer lo propio con un "ilota" (esclavo espartano muy  fuerte y habilidoso en la guerra) esto simplemente para poder ser aceptado como adulto en la sociedad. En cierta manera dentro de esta eugenesia, matar es básico o bien el halcón para comer, o bien el lacedonio para poder sobrevivir y ser aceptado entre tus iguales.
Puede ser que fruto del hambre a la que someten los padres intencionadamente a los jóvenes antes de abandonar el nido, los pollos ya emplumados inician su primer vuelo desde el nido en la búsqueda de alimento, a veces es un modesto salto seguido de un planeo, a veces estos primeros vuelos son torpes, pues domar al viento no debe de ser fácil.
Peregrinos y espartanos se basaban por tanto primeramente en una cruel selección natural, seguida esta criba de una juventud basada en la disciplina, el hambre y el entrenamiento físico entre sus iguales, pues finallmente en la edad adulta, los ejemplares que queden de unos y otros serán los más temidos por el resto de aves y humanos y matar será su pan de cada día (nunca mejor dicho...). 
Desde luego la vida de un ave no es envidiable, pero hasta los cansinos y ruidosos volantones de Carbonero persiguen a sus padres piando y persiguiéndoles incesantemente desde que sale el sol hasta que se pone durante semanas hasta que consiguen la comida fácil de pico a pico. Otras aves también siguen cebando constantemente a los pollos que ya crecidos han abandonado el nido, e incluso cuando su tamaño es muy superior al de sus padres... Pero por el contrario el halcón se limita a ir regulando la comida y ésta cada vez llega al nido más escasa y menos continua,  incentivando con ello el aprendizaje del joven, alejándole el trozo de carne y que se moleste en ir a buscarlo cada vez más lejos del nido. "El hambre agudiza el ingenio". 
Puede parecernos bajo nuestro prisma protector del siglo XXI una táctica un tanto cruel, a nadie se le ocurriría dejar por ejemplo la comida al final del pasillo y que nuestro bebé fuera gateando a buscarla para poder alimentarse, pero lejos de nuestras reglas y bajo la mirada del animal que simplemente sobrevive en un medio hostil, seguro que ese niño cuando creciera sería mucho más espabila do, autosuficiente y más fuerte que sus semejantes.
No penséis que los halcones son malos progenitores, todo lo contrario, si la comida abunda en el territorio por inanición pocos morirán, pero el peregrino sabe que si regula el alimento, sus descendientes aprenderán primero a espabilar y moverse tras estos despojos, agudizar los sentidos, ejercitarse, y finalmente a sobrevivir cómo el joven espartano, la comida sabrá mejor si es lograda a la fuerza entre sus propios hermanos. 
El halcón sabe que dejando a sus jóvenes descendientes a merced de los peligros proporcionados por gaviotas, urracas y otros vecinos molestos, adquirirán la agresividad y el verdadero carácter de ave de presa, todo ello observado desde la tranquilidad y la confianza de saber que muy pronto serán ellas las víctimas de los ahora jóvenes indefensos que chillan lastimeramente mientras los hostigan. Todo ellos bastante similar a las peleas y los apaleamientos diarios a los que eran sometidos los jóvenes espartanos.
Por desgracia la vida de las aves debe de ir un poco más deprisa que la de estos jóvenes, pero a ambos les esperan largas temporadas en solitario, permaneciendo ocultos inmóviles en los posaderos del cantil pétreo, confiados en su quietud y su camuflaje, hasta que el hambre los vuelve activos, y claro está que entre sus quehaceres diarios está la de al menos matar a otras mismas aves para poder sobrevivir.
Al igual que las elegias de Tirteo que entonaban a voz viva por los espartanos antes de ir a la guerra, intimidando así a sus rivales (olvidaros del televisivo ¡¡auuu auuu auuuu!!) los halcones suelen permanecer posados en silencio durante horas hasta que cualquier peligro o un posible rival en su territorio les hace chillar de esa manera característica que seguramente produzca escalofríos entre el resto de aves, anunciando en el acantilado y con eco que el ave de presa más completa y mejor dotada para dar muerte está allí cerca, activa y despierta (y seguramente con hambre..).
Sea la fecha que sea, a cada poco tiempo paso a observar a los halcones de las zonas cercanas en las que vivo. Sea cual sea el plan ,o cuando simplemente no hay plan, muchas veces siempre termino allá observándolos, sin intención ninguna de ver algo en concreto o con las manos en el bolso sin intentar fotografiarlos. No será la especie más fotografíada por mí, pero desde luego que echando cuentas puede que sea la que más horas he invertido en observar.
Este año la pareja tradicional de Gijón ha decidido felizmente volver a anidar en un lugar visible que por algún motivo habían abandonado el año anterior, con el resultado de que han criado a tres hermosos pollos, pero por causas que desconozco en el último momento y cuando ya estaban todos bien emplumados, han volado solamente dos de ellos.
 Seguramente la puesta haya sido de cuatro huevos, de los cuales han eclosionado tres huevos, de los cuáles solamente han volado dos... Cómo veís la selección natural "espartana" se cumple y seguramente uno o ninguno de ellos logre pasar el primer y crucial año de vida.
Este año sorprende por un lado el buen tamaño de los "pajarracos" y lo rápido que han crecido, admiro también su destreza ya adquirida en el difícil arte de volar entre las siempre dificiles y cambiantes corrientes de aire marinas, y más cuando tan sólo unas semanas atrás estaban aún con restos de plumón suplicando comida en el nido o saltando torpemente en el mismo posadero. 
 Por último estos "jóvenes espartanos" destacan sobremanera por su gran agresividad con todo bicho que vuele a su alrededor. Mientras adquieren los hábitos que les harán sobrevivir en su difícil independencia, no dejan tranquila a ninguna de las gaviotas que anidan por los alrededores, y cuando ya ni siquiera las agresivas y astutas gaviotas pueden con ellos, se dedican a perseguirse entre ellos...
En segundo lugar, la sorpresa este año es que además este año felizmente se puede afirmar que la pareja que intentó el año pasado criar en un edificio en plena ciudad, este año finalmente lo han logrado, pese al fracaso del año anterior. 
Ciertamente todo era cautela y hasta cierto pesimismo cuando este año en fechas tempranas la pareja "urbanita" de halcones volvía a repetir el mismo comportamiento que el año pasado, mostrando claros indicios de que lo volverían a intentar este año y además en el mismo lugar. El problema de que quizás era una pareja inexperta que ya había fracasado en su primer intento, se le añadía el hecho de que el lugar elegido para anidar era la accesible jardinera de un edificio, con los riesgos humanoides que ello supone...
Para la pareja inexperta de halcones seguramente no habría lugar mejor que ese "acantilado" vertical de ladrillo con extraños habitantes dentro, agujeros acristalados y ruidos desconocidos, pero lo cierto es que yo temblaba cuando aparecía algún humano por las ventanas y terrazas aledañas, especialmente cuando más ruidosos se mostraban los bichos (ajenos lógicamente a todos estos peligros) y llamaban con ello la atención hasta del más ignorante en pájaros que paseara abajo por la acera en esos momentos. 
Por suerte (o casualidad) la gente que conocía este nido actuó sin levantar muchas sospechas (salvo excepciones...) y nadie los echó o los molestó de aquella jardinera, nadie usurpó los huevos o pollos, nadie tiró este años cohetes y petardos celebrando éxitos deportivos en el bar de abajo del nido y felizmente el amigo Santiago un día (cuando he de reconocer que yo ya tiraba la toalla) nos enseñó por el telescopio a lo lejos un hermoso y blanco pollo asomando la cabeza por aquella jardinera para ser convenientemente cebado. Aquí abajo deambolando por la cornisa os lo presento en sociedad:
Sólo un pollo (y ciertamamente el más apijotado que he visto en mi vida) pero ciertamente el bicho consiguió salir adelante y ser cebado por sus progenitores hasta que un día Pablo, el gran Albalá logró inmortalizar su primer vuelo.
un-dia-decisivo
Esto tiene su importancia pues puede ser el primer halcón peregrino nacido en la ciudad o al menos que se tenga constancia y se documente, y esperemos que visto lo ocurrido estos últimos dos años, se repita a cada nuevo año.
Finalmente otro amigo, Iván, gran conocedor y orgulloso del concejo en el que nació y en el que vive descubre esta primavera otro territorio de peregrino que al menos a mi me había pasado totalmente inadvertido en el concejo. No solamente observa a otra pareja  de halcones diferente a la tradicional, sino que además en el momento de la observación le acompañan dos hermosos y jóvenes halcones:
Blog Iván
Por lo que la temporada "halconil peregrinil" en Gijón puede finalizar con un mínimo de tres parejas seguras y cinco pollos que han logrado volar, lo cuál no está nada mal si hablamos solamente del entorno de la ciudad (y no del amplio concejo) por lo que las expectativas pueden ser aún mayores en otras zonas menos visitadas del concejo.  
En otros lugares y épocas del año han quedado observaciones puntuales de halcones en Gijón este año, hasta por encima de mi tejado de cuando en cuando dan pasadas a las palomas del tejado de enfrente, o escuchas a los cernícalos residentes chillar y echar al intruso peregrino una vez que lo localizan en su territorio urbano. 
 Estas observaciones yo no las puedo adjudicar a algún mienbro de las parejas conocidas (por otro lado están bastante lejos de mi casa) ya que se pueden tratar o bien de aves solitarias sin pareja, ejemplares en paso/divagantes/invernantes, o quizás algún ejemplar de una pareja diferente a las ya conocidas.
Bueno amig@s del blog, espero que os haya gustado la entrada de hoy, gracias por los comentarios y visitas; espero que me perdoneís lo que estoy tardando en actualizar el blog pero entre el trabajo y las salidas cuando tengo tiempo libre, me impiden actualizar el chisme este todo lo que yo quisiera.