21 de abril de 2015

CURRUCA CABECINEGRA. (Sylvia melanocephala)

Hola compadres!
Si antes os hablaba de la Buscarla pintoja, la fan número uno de los matorrales y del ocultismo, hoy le toca el turno a otro componente de la familia Sylviidae, la Curruca cabecinegra (Sylvia melanocephala) que por cierto tampoco lo hace mal en cuanto a la utilización del "matu" como modo de vida. 
Hoy os voy a hablar un poco sobre una de las Currucas con las que contamos habitualmente por Asturias, junto con otros componentes de la familia "curruquil", cómo por ejemplo a la abundante y habitual Curruca capirotada (Sylvia atricapilla).
O la preciosa Curruca Rabilarga (Sylvia undata) de la que disfruto habitualmente por las tierras altas llaniscas o en otros enclaves que cuenten con el suficiente matorral y tojal apropiados:
Me faltaría completar la familia hablando de las estivales Curruca Mosquitera (Sylvia borin):
O finalmente de la Curruca zarcera (Sylvia communis):
Digo finalmente dado que habitualmente bien de manera sedentaria (las tres primeras) o de forma estival (las dos últimas) son las cinco Currucas que he podido observar en Asturias, si bien de manera ocasional o excepcional pueden visitarnos otros mienbros de la amplia y diversa familia "curruquil". Por ejemplo en algunos puntos del occidente asturiano (y en época de paso migratorio) es posible observar también a la Curruca carrasqueña (Sylvia cantillans) por nuestros territorios, pero de momento a mi se me resiste. Abajo mapa de distribución de la Curruca cabecinegra, para mí un tanto anticuado, pero nos sirve para orientarnos:
En el país español por ejemplo se cita tambien a la Curruca mirlona (Sylvia hortensis), la  C. gavilana (Sylvia nisoria) C. tomillera (Sylvia conspicillata) o la C. zarcerilla (Sylvia curruca) entre otras. Por lo que en definitiva, alguna de ellas (o de las otras más raras aún) pueden también visitarnos, además su especialidad en ocultarse en los matorrales, tojales y vegetaciones densas y nuestra orografía en particular, pueden facilitar todo esto y que se nos escapen.
De las cinco "habituales" y observadas por un servidor tengo especial devoción cooncretamente por la especie a tratar hoy, y es que aparte de ser estéticamente bella y ser más fotogénica imposible, la Cabecinegra tiene la peculiaridad de ser un ave de reciente colonización por aqui en el Norte peninsular.
Y es que a pesar de que algunos artículos o guías de "la Interné" dicen aún a día de hoy que es una especie propia de la mitad sur peninsular, con una población discontinua en el litoral cantábrico, lo cierto es que desde hace unos años parece haber iniciado una silenciosa pero rápida expansión hacia el centro y especialmente el Norte peninsular
Así que al contrario de la mayoría de las veces en las que hablamos de aves en regresión e incluso en peligro de extinción, también habrá que hablar de aquellas aves que de un tiempo a esta parte parece que les ha ido bien o mejor que en tiempos pasados. Y es que hasta hace solamente 15 años había un par de citas de la especie en Asturias. Especie termófila, su reciente expansión por el Norte puede ser consecuencia del famoso cambio climático y el ascenso de las temperaturas. En Llanes la primera cita fue en el año 2.003 (Luís Carrera).
Yo (que estoy en pañales en cuanto a la vida y a la ornitología) aún recuerdo perfectamente cuando escuché mi primera C. cabecinegra en la costa gijonesa, o más aún cuando logré observarla por primera vez en la rasa costera de Bañugues (Gozón) y finalmente me hizo especial ilusión detectarla también en la rasa costera llanisca, a apenas unos kilómetros de mi casa.
Precisamente de todo esto hace referencia Manuel Quintana en su blog:
expansion-de-sylvia-melanocephala
Asimismo en el ARDEOLA encontré un artículo de Juan Manuel Pérez de Ana que también hace referencia (ya en el año 92) sobre la distribución y expansión de la Curruca cabecinegra.
Sólamente con mi apreciación personal (sin criterio cientifico o censo especifico que lo avale) yo tengo esa sensación de que visitando los mismos lugares cada vez escucho más ese característico reclamo de alarma de la cabecinegra. Y por el contrario no noto esa ausencia o desplazamiento de las C. capirotada o la C. rabilarga en las mismas zonas en las que ahora comparten hábitat y antaño eran coto exclusivo de la C. capirotada. 
También es cierto que puede que le haya también beneficiado la matorralización del campo, en dónde los cambios de uso agrícolas y la dejadez de muchos "agricultores", han hecho que las formaciones de matorral hayan crecido considerablemente. Abajo la primera fotografía que logré de esta especie:
Siempre me suelo acordar en estos casos de mi "güelu" de si viviera hoy y viera cómo tienen las fincas esos "ganaderos"...
Y aquí abajo, su hábitat ideal en una zona costera del centro de Asturias (si os fijaís bien en la foto hay una curruca en el centro abajo posada en el tronco grueso). Observando esto comprendereís mejor como para "ir de currucas por la vida" hay que tener una especial y paciencia extra:
Dicen que la C. cabecinegra al ser una especie esencialmente de hábitat mediterráneo y gustarle el "caloret" del verano, aqui en el Norte por contra en invierno puede sufrir numerosas bajas debidas al frío. Por tanto si subís al monte o pisaís la Cordillera cantábrica olvidaros de encontrarla por allá arriba.
Yo en las zonas en las que las localizo tampoco he notado ese "bajón" durante el invierno, siendo además una especie básicamente sedentaria, aunque bien es verdad que son zonas bajas de valles o rasas costeras, en las que las temperaturas nunca llegan a ser muy frías y ni por asomo llega por ejemplo a nevar.
Sin llegar a los niveles de la Buscarla del otro día, a la cabecinegra tampoco le gusta estar al descubierto, suele permanecer dentro del matorral la mayor parte del tiempo, aunque a veces a los machos les gusta posarse en las puntas más destacadas, ramas o arbustos cercanos, momento en el que uno tiene que estar atento ya que generalmente tampoco permanecerá mucho tiempo así a la vista.
¿No me direís que no es un ave preciosa?. Vista de cerca destaca por su cabeza negra y su anillo ocular rojo, siendo las hembras de plumajes más grisáceos y hábitos aún más tímidos. En vuelo llama la atención ese plumaje gris del dorso, con su característico capirote negro y las plumas de la cola en contraste blancas.
Aquí la vemos con esa "suculenta y tierna" oruga verde, con esa pinta de ser deliciosa y nutritiva y esos pelitos.. lo que me recuerda el papel fundamental que ejercen las aves insectivoras como controladoras de todo tipo de bichos. Cómo decía arriba las poblaciones tienden generalmente a ser sedentarias, las he observado siempre en matorrales soleados, bien orientados térmicamente. Puede que las aves jóvenes inicien una fase de dispersión o migración a otros territorios.
Parece un poco contradictorio decir que para encontrar Buscarlas, Currucas etc. no hay que esforzarse mucho pese a vivir ocultas al ojo humano, ya que si vamos a los lugares propicios basta con tener el oido bien afinado, pues su reclamo más tarde o temprano las acabarán delatando dentro de la espesura del matorral
Sólamente habrá que tener unas buenas dosis de paciencia, temple y suerte para lograr fotografiarla, y si ese día por las circunstancias no se da la cosa, no importa, la Curruca suele tener bastante fidelidad a su territorio. Hay veces en las que si el bicho no pone nada de su parte, vale más olvidarte de la fotografía, guardar la cámara y disfrutar de la observación. Con la C. cabecinegra siempre tendrás otra oportunidad más adelante, otro día
Espero que os haya gustado la entrada de hoy, cómo siempre: gracias por las visitas y los comentarios.

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