EL CHORLITO CARAMBOLO. (Charadrius morinellus)

Tras este parón voluntario de blog de varios meses, me propongo (una vez más) retomar las entradas y darle cierto impulso, teniendo en cuenta que ,de un tiempo a esta parte, las obligaciones han aumentado, el tiempo y el humor han disminuido, y me he dedicado más a a vida contemplativa que a la fotografía por si misma. Con estas variables y teniendo en cuenta que no sé cuando volveré por aqui, hoy voy a hablar un poco de posiblemente una de las limícolas que personalmente más ganas le tenía ,junto con el Correlimos canelo, del que hace poco hablé también por aqui.

El Chorlito carambolo es uno de esos parientes raros que tenemos en todas las familias, pues pese a ser un limicola y asociarlo al agua, por contra el Chorlito no parece apreciar la vida alrededor de las aguas costeras, marismas o zonas inundables, sino que presenta una distribución asociada siempre a la tundra, la montaña y por ende: las zonas subárticas. 

En definitiva un hábitat alpino incluso extremo (por encima incluso de los 2.000 mt.) en el que evidentemente nada tiene de parecido al hábitat playero del resto de limícolas.

Los ejemplares que se nos presentan por aqui corresponden a ejemplares en paso migratorio, pues es una especie que no cría aqui, y que sólamente cuenta con una exigua población reproductora en los Pirineos en ambas vertientes. Aqui abajo vemos al bicho descansando plácidamente de seguramente un largo viaje:

Si hablamos de la citada población reproductora pirenaica, según alguna estimación que he encontrado se cuantificaría de 1-10 parejas. En 1994 se encontraron varias parejas, sin embargo, entre los años 2000-2, no se logró encontrar ninguna pareja.

En este punto he estado buscando información sobre esta población "carambolesca" española, que puede compartir hábitat con la Perdiz nival y que sin embargo no he encontrado ni información detallada (ni actualizada) sobre la citada población, por lo que o bien pienso que se trató de un comportamiento de cria accidental/puntual no consecutivo en el tiempo, o se extinguió por diferentes motivos, o incluso puede que no se haya investigado lo suficiente dado la particularidad del terreno por el que teoricamente se moverán allá por los altos Pirineos y la dependecia de si permanece la nieve o no.

Cuando se presenta en época de paso, nunca en grandes números por lo menos aqui en el Norte, lo podemos encontrar tanto en la costa (ahora si) como en zonas interiores, no haciéndole ascos por ejemplo a las Sierras o a nuestras montañas. No deja de resultar chocante llegar a la montaña y encontrarte uno de estos.

Es en el paso post-nupcial, después de reproducirse allá arriba, cuando entre agosto y septiembre se deja ver algún ejemplar solitario, descansando y reponiendo fuerzas para continuar seguidamente su viaje de invernada hacia el Sur (Norte de África, Magreb, Oriente Medio...). 

Por contra en la primavera, durante el paso pre-nupcial su presencia por nuestras tierras es aún más escasa, no digamos de las aves que deciden invernar aqui, que se contarán con los dedos de las manos y siempre en el Sur peninsular.

Además de poder considerarlo el limicola montañero, cuenta con otra particularidad que nosotros nunca podremos observar aqui y es que la hembra es una hembra "moderna" en su tiempo. Me explico.

Además de ser poliándrica (se empareja con varios machos sucesivamente a la vez) pone generalmente 3 huevos y se "pira de fiesta" inmediatamente después con los amigos, siendo en este caso el macho el que se tiene que encargar en adeante de "llevar la casa", incubando y criando él los pollos, por lo que el plumaje del macho es más discreto. El de la hembra, al revés que la mayoría de aves, es más llamativo por tanto que el del macho.

Cómo comentaba al principio, sinceramente llevaba unos cuántos años detrás de una buena observación de esta especie y curiosamente no ha sido hasta hace unas semanas cuando, gracias al aviso de la gente, he podido disfrutar de esta bonita y singular ave en la rasa del Cabo Peñas, pues por cuestiones de la fortuna y la mala suerte de llegar siempre tarde, nunca hasta ahora habíamos coincidido el carambolo y un servidor. 

Además a historia tuvo su suspense incluido, ya que cuando acudí a la zona dónde se había localizado el día anterior, no se había vuelto a dejar ver en toda la mañana. Así que estando de "palique" con los compañeros allá reunidos y habiendo dado al bicho por perdido (una vez más...) otros compañeros nos avisaron de que se encontraba descansando a un par de decenas de metros de nuestro "corrillo"... 

Desde aquí ,para finalizar esta breve entrada de hoy, agradecerle a Jose Maria Ayuela por el descubrimiento del ave y su posterior comunicación.
Un saludo!!!